MEMORÁNDUM

*** Disfrutar lo que se hace.

Gerardo Ruano Cástulo
He leído y escuchado sobre diferentes recomendaciones, que se deben seguir para alcanzar el éxito. La que más me agrada, es la que impone a la felicidad como condición para lograrlo. Y siento que no puede ser de otra manera. La felicidad, irremediablemente, te lleva a conseguir metas. A conquistar sueños. Al éxito.

Nada en la vida es regalado. Bien lo recuerdo en aquella analogía del Taller de la Imaginación de Juan Francisco R.; cuando llega el ateo diciendo al predicador: “¡Dios no existe! Porque si realmente existiera, no habría tanta pobreza, corrupción, delincuencia y maltrato.”
Después de escuchar atento lo expresado por el ateo. El predicador, con suma paciencia le pregunta: “¿Si Dios, resuelve todos los problemas, qué nos toca a nosotros resolver?”. No hay respuesta para el cuestionamiento. Luego agrega: “Tal vez tú no creas en Dios. Pero Dios si cree en ti. Cree en qué puedes cambiar esto.”.
Efectivamente, circunstancias complicadas siempre habrá. Caminos con obstáculos. Situaciones que requieren de un mayor esfuerzo. Pero al final del día, los seres humanos traemos la genialidad y el talento para superar todo eso. Pero, el primer gran paso, es creer que es posible, acompañado de una actitud que saque lo mejor de nosotros.
Disfrutar de lo que hacemos, no consiste en saber simplemente cómo hacer las cosas. Sino en poner el corazón en ello. Cuando se pone el corazón, los resultados son fantásticos. 
Algunos temen hablar del amor. Porque se ha abaratado el término. Más, en el fondo, saben que cuando se ama la vida, se ama al hermano, se ama lo que hacemos, se siente una satisfacción interior que muchos conocemos como felicidad; la que nos lleva a sacar lo mejor y alcanzar metas, sueños y el éxito.
EN EL INVENTARIO, me viene a la mente, la actitud del alcalde de Tixtla, Hossein Nabor Guillen, quien sin duda, creo que pone el corazón en su trabajo. Debemos decirlo, sin mezquindades, que hoy la obra social es palpable en su municipio.
Solamente una persona que disfruta lo que hace, puede ir y tocar puertas con gran ánimo para llevar más beneficio a su gente. Solamente una persona de gran actitud, va hacia adelante, para revertir escenarios adversos y haber regresado la vida institucional en Tixtla.
Es evidente, que cada peso, hoy se invierte en beneficio de la población. Así lo dicen las obras por colonias y comunidades. La atención integral en los diferentes ámbitos se palpa. Y se nota el entusiasmo de quien gobierna, en su caminar cerca de la gente.
Hossein Nabor, es un alcalde que disfruta de su trabajo. Se ve con los niños en las escuelas, en los lunes de homenaje. Se aprecia, en el saludo y abrazo de quienes ven cristalizadas obras que añoraban desde antaño. 
No hay etiquetas políticas, ni de otra índole, en la actitud y el camino a la felicidad y el éxito. Cada persona decide el rumbo de su vida. En el caso que nos ocupa, es grato ver, que hay alcaldes, como el de Tixtla, Hossein Nabor, que disfruta de lo que hace y pone el corazón en la tarea que le han encomendado sus paisanos. Esa es la cuestión.

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