MEMORÁNDUM

*** Sobrevivir; cuestión de sabiduría.

Gerardo Ruano Cástulo
Estamos en un momento crucial de la humanidad. La sobrevivencia, como ya está comprobado, no radica en la fama, el poder y el dinero. La sobrevivencia hoy está en manos de la sabiduría. Sabiduría que no tiene nada que ver con el coeficiente intelectual. Mucho menos con el cúmulo de información que hoy nos tiene sepultados.

La sabiduría va más allá de lo vano y la comodidad. El tener ha desatado emociones nefastas en el ser humano, como el egoísmo y la ambición. Se ha recrudecido la soberbia. Hoy pocos ceden y apuestan por el servicio. La bondad es considerada como un artículo propio de personas tontas; porque nos hemos acostumbrado a la ley del más fuerte. A que es mejor, el que se salta las reglas y no lo cachan. A que si alguien me la hizo, me la paga.
La gente se deprime, por falta de sabiduría. Se estresa de más, por falta de lo mismo. Y por esa misma razón, es presa de más miedos, angustias y preocupaciones; así como de resentimientos e ira.
Recuerdo aquella analogía del libro “El hombre más rico de Babilonia”, donde se le explica al discípulo que existen dos diosas. La de la fortuna y la de la sabiduría. De las dos, el ser humano pasa mucho tiempo tratando de conquistar a la diosa de la fortuna, sin mucho éxito; puesto que entre más se obsesiona, más se le niega. Pero, cuando busca a la diosa de la sabiduría y logra conquistarla, la diosa de la fortuna se pone celosa y ahora ella busca al ser humano.
Sabiduría, conocimiento de la vida. Entender el misterio de la existencia. Valorar porque razón estamos aquí.
Esto me lleva, hasta aquella historia, donde el Guerrero llega y le dice al sabio: “soy el hombre más fuerte del mundo.”. Entonces, el sabio, le pide una demostración y éste con su sable corta de manera impresionante una rama gruesa de un árbol.
Ante esto, el sabio le plantea: “Ahora trata de pegar la rama, para que vuelva a tener vida”. El Guerrero le responde que eso es imposible. Por tanto, el sabio le señala: “El hombre fuerte es el que da vida; no el que destruye.”.
DEL INVENTARIO, tenemos el arranque de los tradicionales juegos deportivos, para conmemorar el 72 aniversario del SUSPEG. Un evento, donde se vio el liderazgo de Adolfo Calderón Nava, quien ha encabezado una gestión de sello responsable y honesto; fortaleciendo con esto, las estructuras y la confianza de la base trabajadora.
Adolfo Calderón, líder estatal del SUSPEG, en el balance, es un político que ha venido aportando en bien de su sindicato y de la armonía y estabilidad del Estado. Siempre apostándole a trabajar por la ruta constructiva. Por el tejido de acuerdos. Y por ser sensibles y solidarios en tiempos de crisis.
La unidad en el SUSPEG no es casual. Ahí trabaja un líder humilde y con una gran calidad humana. Que está dedicado al 100 por ciento a sus tareas.
POR OTRO RUMBO, en el inventario, es lamentable que en el hospital General de Chilpancingo, se reporte, por parte de las enfermeras, la falta de material e insumos para cumplir con su trabajo. Es lamentable, porque es un Hospital que tiene una gran demanda y que tiende e beneficiar a miles de habitantes del Estado. El asunto podría dejar mal parado al Secretario Carlos de la Peña Pintos. Y de paso, a la dirigente sindical, Beatriz Vélez, puesto que los liderazgos se vuelven cuestionables, cuando hay rebase de los acontecimientos. ¿Acaso no era su chamba pedir que los trabajadores tengan el equipo y material para desarrollar bien su trabajo? Esa es la cuestión.

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