MEMORÁNDUM

*** En 500 palabras.

Gerardo Ruano Cástulo
Nadie en su sano juicio, puede asegurar que en Guerrero no pasa nada. La mayoría aspiramos a un escenario distinto. Quien desee lo contrario, pudiera tener algún interés mezquino. El infortunio de los homicidios dolosos, tiene una historia larga, que no data de la gestión actual, que encabeza el Gobernador Héctor Astudillo Flores.
Desde luego, que esto no justifica ningún reprobable asesinato. Pero si nos da la pauta, para recordar que éstos lamentables hechos, no iniciaron con éste gobierno. Alguien, tal vez hoy recuerda, que durante el primer sexenio perredista, se registró el caso del referente perredista, Armando Chavarría Barrera; a quien se veía como el contrapeso, del entonces Gobernador Zeferino Torreblanca. La violencia no data de un año y medio. El hecho, de que el Gobernador Héctor Astudillo, haya suspendido la gira que realizaba en el extranjero, con motivo del artero crimen, en contra de Demetrio Saldívar Gómez, Secretario General del PRD en la entidad, envía un mensaje claro, de que el rubro de la seguridad pública es prioridad para su gobierno. Por eso salió a dar la cara. A ponerse al frente de la situación. A marcar la pauta en éste momento crucial. Y por supuesto, a manifestar también su enérgico rechazo e indignación ante éste tipo de lamentables acontecimientos. La postura del Mandatario Estatal indica, que es el primer interesado en que se investigue y esclarezca el homicidio del Ex Secretario General del PRD. Por lo mismo, lo que menos abona ahora, es la politización del caso, ante la situación complicada que se vive en el Estado. No ayuda en nada la división y confrontación. El Gobernador Héctor Astudillo no andaba de paseo. Estaba en una gira de trabajo, para hacer posible el regreso de más turistas a la entidad. Como ha sido desde el arranque de su gobierno, estaba trabajando. Es el Mandatario, que ha visitado los 81 municipios del estado, durante su primer año de gestión. Es él, quien ha hecho posible el regreso de la vida institucional en Guerrero. Es él, al que le ha tocado lidiar con la herencia de un impresionante boquete financiero, cortesía de las administraciones anteriores, incluidas las perredistas. No recibió un paraíso. La casa estaba en total desorden. Por eso, no cabe dar sesgo político a los acontecimientos. O lo peor, intentar sacar, como ave de rapiña, ventaja de la muerte de alguien. Eso es totalmente inadmisible y cuestionable. Porque al final del día, son pocos los que festejan éstos reprobables hechos. La gran mayoría deseábamos un escenario mejor. En esa ruta trabaja y construye el Gobernador Héctor Astudillo. Se impone la corresponsabilidad. El camino hacia el 2018 está enfrente. Pero no es más importante que la vida humana. Edificar es responsabilidad y tarea de todos. Se impone redoblar esfuerzos en materia de seguridad. Así como la humildad para reconocer las omisiones que se han cometido en antaño. Nadie ha dicho que es fácil. Solamente, los agoreros del desastre, pueden desear que a Guerrero le vaya mal. ¿O no?

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