TRAZOS…TIME

*AMLO, Astudillo y Sandoval, en la plaza que nunca se abarrotó.
Federico Nogueda 
Sin menos preciar nada de don Andrés Manuel López Obrador, hacia la conquista a la presidencia de la república, todo hace indicar que la estrategia del gobernador de Veracruz y otros rivales, de exhibir la corrupción de los operadores de AMLO, ha comenzado hacer estragos.

Esa fue la apreciación que se tuvo el pasado sábado en su visita a Chilpancingo, ya que las expectativas fueron muy altas por la dirigencia estatal de Morena, y así se lo creyó la ciudadanía, de acuerdo a la ola de encuestas de AMLO de llevar la delantera presidencial, sin que otros partidos tengan candidato. 
Simplemente con palabras cortas y sencillas, la Plaza Primer Congreso de Anáhuac en Chilpancingo, no se llenó, no sabremos si esa fue la meta de la dirigencia estatal, pero de acuerdo a lo que hasta antes del sábado estaba significando AMLO, por naturaleza se hubiera abarrotado, como fenómeno que es AMLO.
Ahora bien, nada determina llenar o no una plaza de ciudadanos para esperar a un candidato, las experiencias pasadas así lo marcan, no es garantía de nada, pero si manda un mensaje que algo comienza a fallar, que la rivalidad está causando efectos.
En el caso del dirigente estatal de Morena, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, le deja una gran lección, ya que todos los reflectores de no llenar la plaza el sábado pasado fueron para él, faltó capacidad de organización, estrategia y quizás hubo exceso de confianza.
Otro evento así, no pone en riesgo la candidatura de la senaduría que se maneja podría darle su partido, pero quizás ponga de mal humor a AMLO por la baja de la simpatía ciudadana hacia su candidato presidencial.
En el caso del gobernador Astudillo, respira en el primer raund de la venida de AMLO, pero este amenazó que volverá pronto, tal vez inconscientemente observó esos claros en el mitin del sábado, porque de haberse abarrotado la plaza, la preocupación fuera mayor del gobernador.
De momento las circunstancias favorecieron al gobernador, y de pasada al PRD, que en la medición de fuerzas, entre sábado y domingo varios han considerado un empate técnico entre las izquierdas.
Se aprecia que Andrés Manuel López Obrador se mece entre dos hamacas, la de la concentración, donde cualquier descuido va a significar perder por tercera vez la presidencia, y en Chilpancingo así lo demostró.
Y la otra, la de la desobediencia, que al parecer hasta ahorita la está evitando al máximo, pero ‘La cabra siempre tira al monte’, aún amarrada, y eso dependerá del grado de desconcentración y concentración que puedan tener.
Por ello al final en la conferencia de prensa improvisada al pie del templete, cuando le preguntaron por el trabajo del gobernador Astudillo, AMLO fue duro en sus respuestas y apreciaciones, siendo que cuando sale de las plazas con orejas y rabos, es menos duro con sus oponentes…aunque su mística es ser duro, habrá que esperar.

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