LA COLUMNA

de angel irra carceda
-Pura “paja”, el informe del fiscal.
-Transparencia, Urióstegui, transparencia.
Se cierne sobre el Congreso del estado un nuevo escándalo, si el pleno legislativo no le pone un hasta aquí al fiscal Xavier Olea Peláez.
Los diputados, todos, tienen que cerrar filas en aras de que no se vulnere el respeto que se debe al Poder Legislativo.

La reciente polémica que provocó Xavier Olea fue en relación a la prometida entrega del informe sobre el Caso Armando Chavarría Barrera, que según el propio fiscal incluiría la identificación de autores intelectuales y materiales del homicidio de Armando Chavarría, hace ya casi ocho años.
El día 20 próximo se cumple otro aniversario luctuoso del que fuera entonces diputado presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso en el 2009.
Y sucede que Xavier Olea ya entregó ese informe, pero de manera muy confidencial, y sin que se dieran a conocer mayores detalles.
Ya se turnó a la Comisión de Justicia del Congreso para su análisis, pero se ignora para cuándo los diputados que la integran lo tendrán listo para darlo a conocer al pleno y, por supuesto, para que sea del conocimiento público.
Penoso asunto porque la opacidad con la que se maneja afecta al Poder Legislativo. La credibilidad está en juego porque la percepción prácticamente generalizada es que se brinda protección política a Xavier Olea.
Por cierto, que la Comisión de Justicia la preside el prisita Héctor Vicario Castrejón, a quien la Secretaría de la Función Pública ha sentado en el banquillo de los acusados.
La causa es el fraude que se cometió en la construcción de viviendas para damnificados de Ingrid y Manuel en Guerrero, y Vicario fue el delegado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU).
Al ahora legislador figueroista le correspondió ese periodo fraudulento de construcción de las viviendas, y debido a ello se anuncia su inhabilitación durante diez años en cargos de la función pública.
Y, bueno, ojalá y que ese tufo figueroista no influya para que Xavier Olea siga burlánose del Congreso, porque nos revelan que se extiende hasta las áreas de Finanzas y la Coordinación de Asesores de la Fiscalía General del Estado, en las que –nos sostienen- los titulares son “contlapaches” de Vicario. Del mismo equipo, pues.
Más grave el caso del mencionado informe sobre el caso Armando Chavarría que Xavier Olea hizo llegar al Congreso, porque sucede que es “más de lo mismo”. Prácticamente nada nuevo contiene.
Y, para reforzar la burla, no cumple con la identificación de los autores intelectuales y material del asesinato, como lo prometió pomposamente el propio fiscal.
A OTRA COSA.-Por cierto, hablando de “medias tintas”, sería bueno que el titular del ISSSPEG, Manuel Urióstegui Alarcón, informara con toda transparencia a cuánto ascendió la deuda de la administración municipal pasada de Chilpancingo ante ese Instituto.
Lo cito porque “El Vikingo”, como es mejor conocido Urióstegui por sus cuates –entre los que me incluyo-, fue el secretario de Finanzas de ese Ayuntamiento.
Debe tener a la mano de cuánto fue ese adeudo por no cotizar al ISSSPEG las cuotas que puntualmente descontaron en ese entonces a los trabajadores municipales.
 Ah, y también a dónde o a qué manos fueron a parar los recursos.
¿Es mucho pedir? Sólo pregunto.

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