En medio de los sonidos del silencio
y envuelto en manto de luna llena…
los recuerdos asisten en cascada
por la dulce senda de mi vida terrena.
La hermosa sonrisa de mi madre
fue la primera alegría de mi vida,
por la paz que regala su belleza
con luz perenne y lluvia florida.
Su voz clara embelesa mis ensueños
sus cantos se anidan en mi alma,
como poemas que alumbran en mi ser
entre la magia de una salma santa.
Los juegos alumbraban con su luz
el camino en la gloria de la infancia,
para arrancar las sonrisas más hermosas
y llenarnos un mundo de esperanzas.
En la escuela tañía la campana
convocando a la luz de la enseñanza,
a compartir las mieles de la grana
esculpiendo inolvidables añoranzas.
Y con los recuerdos de sus ojos, entre flores
disfrutando las juventudes de la piel,
me tiene libando las mieles de su boca
que cubre mi alma de ternura y miel.
Bajo un balcón colmado de jazmines
hallo la senda que el destino ha escrito,
arrancando los jirones calendáricos
para ofrendarlos a Dios, en mi camino.
Y fueron bellas las risas y los trinos,
con días eternos de grandes correrías,
noches de bohemia, al son de mi guitarra
que entonaba fiel, las vivencias en poesías.
El mar fue testigo de ojos inolvidables,
de frentes que se juntaron con la frente mía,
de besos y promesas que hicieron de mi verso
las palabras bellas que el tiempo enaltecía.
Sembrando amigos, sonrisas y versos
pasó mi sueño de vivir entre la brisa,
hoy que llego al final de la partida
me voy feliz canturreando en despedida.
La vida me regaló las más bellas sonrisas
me puso al frente de grandes alegrías,
los llantos fueron pocos y siempre a mi medida
que al final del camino, la cuenta es merecida.
Hasta luego hermanos que sonreír me vieron
es momento de dormir el sueño eterno,
la misión de la vida está cumplida
han llegado puntuales las nieves del invierno.
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