MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo
*** ¿Solución al problema de la basura?
Es cierto. La acción emergente emprendida para desalojar de la Capital, las toneladas de basura rezagadas, no es la solución definitiva al problema. Se trata, como su nombre lo dice, de una acción emergente. De dar a la ciudad un respiro, en tanto el municipio cuenta con un lugar apropiado para la disposición final de los residuos.

Una vez más, se palpa en el ambiente la mano solidaria del Gobernador, Héctor Astudillo Flores. Ante la contingencia, y petición del alcalde, Marco Antonio Leyva Mena, pone su grano de arena para dar buen cauce a la situación emergente. De entrada, para limpiar la capital y ponerla lejos de los conflictos y la posibilidad de una epidemia.
El Gobernador siempre ha sido solidario con su pueblo. No le son indiferentes los problemas de la capital. Su gobierno le entró con una suma millonaria para que Chilpancingo sellara un convenio con Eduardo Neri, y pudiera ser depositada la basura en el sitio destinado de aquél municipio; luego del cierre del basurero controlado de la Cinca y que lo de Matlalapa no se concretara.
El gobierno Astudillista le ha entrado también con camiones recolectores de basura. Hoy, con góndolas y maquinaria pesada, para ayudar en el programa: “Chilpancingo te quiero limpio.”. Al mismo tiempo, echa la mano en el bacheo de calles.  Creo, que Chilpancingo merece todo ese apoyo y atención del Mandatario Estatal.
Por su parte, hace bien el alcalde, Marco Leyva, en aplicarse para concretar el nuevo relleno sanitario. Un lugar apropiado, que venga a dar solución por largos años a la disposición final de la basura que genera la capital. En eso, también va el apoyo del Gobernador.
Bien sabemos, que el problema de la basura es un monstruo. Conocemos las limitaciones del municipio en el terreno de la recolección. Con esto, queda claro, que la solución aún no es definitiva. Es temporal. Y creo, que seguirá siendo así por un buen rato.
Es decir, el municipio puede contar con un magnifico relleno sanitario. Con todo el apoyo del Gobernador. Mejorar su capacidad de recolección. Hacer más eficiente su programa de limpia. Pero no debemos olvidar que las grandes conquistas, se derivan de hábitos. De buenos hábitos. En eso, como sociedad, debemos admitirlo, estamos en pañales.
Con la cabeza serena, después de la contingencia, podremos razonar y darnos cuenta, que fue una barbarie lo que se hizo con la basura. Afloró la irresponsabilidad. Para decirlo llanamente, “el valemadrismo”. Lo más sencillo, culpar al gobierno, poniendo nuestros desechos frente a la casa del vecino, a un lado de la escuela donde acuden nuestros hijos. Ahí, nada tiene que ver el gobierno.
Lo más complicado, no fue que el Gobernador nos echara la mano. Como tampoco, lo será conseguir el predio para el nuevo relleno sanitario. Lo verdaderamente complicado, será quitarnos ese hábito nefasto de poner la basura en la vía pública. De ser los primeros en ensuciar nuestra ciudad.
Para eso, falta mucho trecho. No hay, una fecha para solución definitiva del problema. A menos, que todos nos convirtamos en parte de la solución. Sin mezquindades y sin sesgo político.
No nos engañemos. El éxito es producto de buenos hábitos. De la suma de buenas decisiones. De todos. No solo del gobierno.

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