QUERIDO DIARIO

Como todo ciudadano mexicano, se siguen las sendas de la política mexicana, en la mayoría de sus matices, sobre todo en los claro-oscuros… y es bueno abrir debates y obtener algunas conclusiones, como por ejemplo, se está ante el cruce de las coordenadas de la historia, del presente mexicano y latinoamericano, donde se pone en elección el futuro de nuestra nación…
pero sobre todo, en este planteamiento estratégico es contundente el hartazgo de la ciudadanía ante tanta y tanta corrupción, impunidad, acuerdos en lo obscuro, mafia, tráfico de influencias, cinismo y sinvergüenza, de la mayoría de los gobernantes federales, estatales y municipales, de la que emerge, en el cruce de coordenadas, la figura cimentada, experimentada, enunciada y proclamada de Andrés Manuel López Obrador, con toda su carga ideológica y estratégica, donde se propone abrogar, regular y/o cambiar las reformas constitucionales, que lejos que hayan sido democráticas y sobre todo transparentes, han sido muy agresivas y lacerantes para el pueblo mexicano, como se puede comprobar en las tortillerías, las gasolineras, los mercados comunitarios y lo que usted pueda aportar… y que Andrés Manuel López Obrador planea y se compromete a regular la letra constitucional, bajo la regla de oro de la democracia, como son las siguientes estrategias, respetuosas e incluyentes: a) informar y debatir, entre políticos, oficiles y oficiosos, ideólogos, reconocidos o anónimos,  y ciudadanos que profesen la pluralidad y en todos sus matices; b) consulta ciudadana, contemplada en el artículo 73 sobre Bases Generales de la Administración del Estado que opera como un espacio para invitar a la ciudadanía a participar e incorporar sus opiniones para el mejoramiento de la gestión pública, en sus variados formatos, como el plebiscito, la consulta ciudadana, el referéndum, la revocatoria de mandato, etc. y lo que se pueda instrumentar dentro de la legalidad y la democracia; c) modificar o ratificar las leyes, que garantice la vida institucional y comunitaria de México, lo que da una vigencia, actualidad y renacimiento de la filosofía, la ideología y la práctica de la justicia, la democracia, la igualdad y la horizontalidad de la vida republicana mexicana.
 Bajo este enfoque, es contundente la simpatía, la empatía, y al parecer, la definitiva  inclinación de los votantes mexicanos para la propuesta política de Andrés Manuel López Obrador, por su carisma, su humildad, su estadística y su planteamiento filosófico, que llega a ofrecer y demostrar como la salida idónea  los grandes problemas de nuestro país: la redistribución de la riqueza nacional y la reorientación de la economía mexicana, hacia horizontes mayores de justicia social, de transparencia ciudadana y una coexistencia más humana, entre gobernantes y gobernados. Y si no es así, que se abra el debate en cada trinchera política, económica, social, cultural, pero sobre todo, humanístico. Así sea.

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