***En su tiempo; en su momento
Gerardo Ruano Cástulo
El mensaje del Gobernador, Héctor Astudillo Flores, es
bastante claro. Es cierto que el escenario político cambia,
tras los resultados de las elecciones del primero de
julio; pero eso no afecta la responsabilidad que tiene con
los Guerrerenses. En pocas palabras, no hay tiempo para
perderse en polémicas y lucha estéril. Se impone la cordura.
Se impone el diálogo. En su caso, el debate de altura.
Pero todo, dentro del marco del respeto a la ley.
No debiera haber espacio para el gandallismo político.
Y en especial, en quienes hoy figuran en la escena como
ganadores. Los futuros legisladores de morena y su dirigencia
estatal harían bien en tomar amlodipino.
La metida
de pata ya está consumada. Aún no están en funciones y
no cuadraba que quisieran llevar ya la agenda legislativa.
Ellos, deberán esperar a que llegue su tiempo y momento.
Meterse ahora, es tanto como obrar afuera del retrete.
Puro intento de gandallismo político. Y lo peor, manifestación
pura de soberbia, mayor cualidad de lucifer;
que no aporta en bien del Estado.
En Guerrero, ha habido reconocimiento y respeto al
triunfo del efecto Obrador. Nadie les cuestiona su futura
asunción; aunque haya muchos casos inmerecidos. Por lo
mismo, se impondría la humildad. El llamado a la armonía
y el trabajo. A sentar las bases de diálogo entre las distintas
fuerzas políticas.
El gandallismo político no ha enviado buena señal. Va
en dirección contraria a lo hecho por otros actores políticos
y el Gobernador Héctor Astudillo. Inclusive con la
presidenta electa de Acapulco, de filiación morenista. Porque
ahí si, se ha privilegiado el diálogo. La búsqueda del
camino del entendimiento y la futura suma de esfuerzos.
El gandallismo político debiera quedar como una mala
jugada en el tablero político. Hay tiempo para retomar las
cosas. Para vivir de acuerdo con el tiempo y el momento.
No comer ansias. Trabajar, tal vez el autocontrol e incrementar
la dosis de amlodipino.
Las elecciones quedaron atrás. Se supone que el hacha
de la guerra debiera ser enterrada. No es tiempo de
piratas para subir a un barco a la fuerza y fuera de tiempo.
En su oportunidad, la futura legislatura deberá vivir su
propia experiencia. Sus propios retos y desafíos.
Lo malo, por la exhibición mostrada, sería que la actitud
se replicara en la siguiente Legislatura. La confrontación
y avasallamiento no serían nada constructivos. Y
mucho menos, cuando enfrente hay fuerzas políticas que
también deberán llevar sus propuestas para la agenda legislativa.
El caso es, que el mandato ciudadano es un llamado
claro al trabajo responsable. A que cada quien cumpla con
sus tareas. El Gobernador, Héctor Astudillo Flores, desliza
con puntería, en eso nadie le habrá de mover.
Cada quien a lo suyo. En su tiempo. En su momento.
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