LA COLUMNA

De Ángel Irra Carceda
-Falta de justicia, impunidad
-Sacudida al árbol de gobierno
En Guerrero, como en otras entidades del país pareciera que se carece de un régimen con el imperio de la aplicación de la ley.
Y creo que no es así. Si se tiene que admitir, como en todos los ámbitos habidos y por haber en el país, que lo que se ha hecho hasta ahora en el terreno de la seguridad o contra la inseguridad, no es suficiente ni de lejos.

En México tenemos gobiernos locales de diferentes colores partidistas. Con el tiempo se convirtió en multicolor. Y como hemos visto a partir de los resultados del primero de julio, el tinte guinda se ubicó en un plano muy grande en el arco iris nacional.
No es cosa simple castigar a TODOS los culpables de tanta violencia. Pero no ser certero en cuestiones de investigación, persecución y castigo a responsables de los delitos, sí implica impunidad, y se deriva de la ineficiencia de los órganos responsables de aplicar la justicia.
Que en Guerrero ha habido y hay detención de delincuentes, aseguramiento de drogas y armas, así como de sentencias, no lo discuto. Pero no ha bastado.
Casos abominables como los recientes en Taxco o el desplazamiento de familias de la Sierra, abruman a cualquier gobierno.
Y en ese ámbito habría que repartir culpas. Tiene años que la federación se encargó de las labores de seguridad pública. Y fallaron. Pero, como se crearon los famosos grupos de coordinación, pues a los demás ámbitos de gobierno le salpican.
No intento, en lo más mínimo, exculpar de esto al gobernador Héctor Astudillo Flores. Todos sabemos que como responsable directo del estado de  Guerrero, debe asumir yerros.
Lo que sí creo, es que ya debe de darle una severa sacudida al árbol de gobierno con el que creyó que iba a tener una amplia y sólida sombra para gobernar. Porque no ha sido así.
Estoy casi seguro de que es momento de que se sacuda a aquellos que se han conducido más con actitudes banales que en sacar la cara por él (Héctor Astudillo).
Debiera de recordar que los compromisos políticos ya fenecieron. Ya basta.
Pero aún así, el fenómeno de la violencia no parará. Recordemos que se heredó. Y con lo que viene -el nuevo gobierno federal- seguirá.
Si acaso, únicamente observaremos algunos reacomodos. No más.
Porque no es cosa fácil. Estamos hablando hasta de economía nacional. Ya lo veremos a partir del primero de diciembre. Es un cáncer agresivo, bastante  difícil -o imposible- de erradicar.

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