jueves, 14 de febrero de 2019

Pasan horas formados… En la farmacia les dicen que no hay medicamentos

Chilpancingo, Gro., febrero 13 del 2019 (IRZA).- Ancianos, discapacitados y demás derechohabientes, tienen que formarse en una fila por más de tres horas para llegar a la ventanilla de la farmacia en la Clínica del ISSSTE de Chilpancingo, donde, en ocasiones les surten algunas de las medicinas, pero en otras, les piden que regresen al día siguiente porque no tienen los medicamentos que les recetaron para atender sus padecimientos.

Este mediodía de miércoles, los derechohabientes se quejaron por la lentitud con la que atienden en el área de farmacia y los malos tratos que reciben por parte del personal.
Denunciaron que además de llegar antes de las 8:00 de la mañana para sacar ficha para que los atienda un médico y esperar más de dos horas para estar en consulta, después, para surtir la receta deben hacer una fila por más de tres horas.
Pero, además de hacer la fila, al llegar a la ventanilla de la farmacia las empleadas son despotas y los maltratan y en ocasiones no le surten las recetas porque argumentan que se terminaron los medicamentos y deben regresar hasta el otro día.
Esta es la constante en la Clínica del ISSSTE de Chilpancingo. En la larga fila se observa a personas de la tercera edad, con discapacidad, madres y padres de familia, que, además, tienen otras comorbilidades (padecen más de una enfermedad al mismo tiempo) pero deben esperar sus turnos parados.
Un señor de alrededor de 64 años dijo que el martes acudió a consulta a las 12:00 del día, pero el doctor lo atendió hasta las 7:00 de la noche, cuando salió de la revisión médica hizo la fila y al llegar a la ventanilla de la farmacia le informaron que el medicamento que le habían recetado no lo tenían, por lo que tuvo que regresar este miércoles y volvió a hacer la fila en la que al momento de la entrevista dijo que ya llevaba dos horas formado.
Una mujer de unos 70 años denunció que este miércoles ya se había formado en tres ocasiones y cada vez que llegaba a la ventanilla le decían que no tenían el medicamento, que regresara más tarde.
Los derechohabientes urgieron una mayor agilidad administrativa, pero no sólo en el área de la farmacia, si no en la Dirección a cargo de José Antonio Perea Saavedra, porque aseguraron que es ahí donde no hay resultados para atender a los usuarios de esta Clínica desde las consultas, farmacia, hospitalización, análisis y traslados a otros nosocomios de tercer nivel de atención, lo que agudiza el mal humor social.
Una mujer de nombre Yolanda Acosta denunció que su esposo, José Elías Fuentes Alarcón, lleva encamado cuatro días en esa Clínica, pero que es urgente que lo trasladen a otro nosocomio de tercer nivel porque tiene hernias discales. “Mi esposo se está torciendo, está sufriendo mucho, pero ni el director ni nadie atiende el caso y en el hospital Centenario de Cuernavaca, en el estado de Morelos, no quieren a los pacientes de aquí de Guerrero”, aseguró.
Se preguntó quién intervendrá entonces para darle solución a su caso y preguntó: “¿necesito secuestrar al director?, porque no nos dejan ver ni al director. Salen unas viejas grandotas preguntándote ¿qué quiere?, ¿qué quiere?, ¿qué desea?, ¡eso es lo que nos dicen!, ¡no conocemos al mendigo director!”.
Recordó que en el mes de octubre de 2018, antes de que su esposo fuera internado, entregó un documento como parte de un trámite para que a su esposo le realizaran una resonancia magnética y la señorita que la atendió le pidió su número celular y le prometió llamarle en dos semanas, pero hasta esta fecha no había recibido el telefonema.
Dijo que por el mal trato que reciben de los servidores públicos, como precisamente esto que padecen los derechohabientes del ISSSTE, “la gente se vuelve mala”.
Cuando los reporteros de la Agencia de Noticias IRZA levantaban los testimonios de los derechohabientes precisamente a las 11:40 de la mañana de este miércoles, dos elementos de seguridad privada de esta Clínica del ISSSTE, pasaron molestos y los empujaron por la espalda, situación que fue observada por decenas de personas, incluso se les increpó del porqué de la agresión, pero se metieron a una oficina a un lado de la farmacia.

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