EL VOYERISTA

• ¿El que se enoja pierde?.
Por Alfredo Guzmán
En política, el que se enoja pierde. Yo me enojé y ofendí. Aunque eso provocó que las cosas mejoraran. 
Ante escenarios catastróficos, enojarse es mostrar debilidad. Si sube la gasolina, no hay que amenazar con promover nuestras propias gasolineras. 

Los gasolinazos, ya no pueden ser culpa de Peña Nieto. La escasez, menos.
Si la violencia es incontenible y las cifras de muertos se elevan, no ayuda amenazar que será un militar el que asuma la Guardia Nacional.
Si fue un error, pretender vender el avión presidencial, que no es nuestro. No hay que venderlo.
Si los organismos internacionales, dicen que la economía de país, va a pique, hay que hacer las cosas mejor.
Si la Ceteg, está enojada por que Elba Esther, gracias a Morena, seguirá dirigiendo al SNTE y la Reforma Educativa no le sirve a este gobierno, que se cambie.
Si Yucatán se queda sin luz por tres días, hay que culpar al sol.
Si no hay dinero, para resolver promesas de campaña. Hay que pensar que algo no se está haciendo bien.
Si los organismos internacionales dicen que una pista más en Toluca y otra en Santa Lucia no ayudan a hacer más eficiente el aeropuerto de la Ciudad de México, hay que ver otra solución.
Si no se encontró corrupción en el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, hay que ofrecer disculpas. Y ver si es mejor revivirlo y no enterrar 100 mil millones de pesos en la basura.
Si algunos periodistas de Guerrero son atacados por la CETEG, no hay que cubrir sus eventos y mucho menos tomarse fotos, luego de quemar edificios.
Si la ley ampara a las estancias infantiles, hay que revisar su funcionamiento y que sigan.
Si el tlachichol, sigue y sus líderes gozan de cabal salud, hay que atacar sus finanzas. Y dejar de hacer panchos y malabares.
Si los líderes de Morena andan a la greña y pelean por definir quién será el nuevo dirigente y quitar a Yeidkol, mejor esperen que Andrés Manuel López Obrador, dueño y señor de ese partido, diga lo que sigue.
Si quienes son del Partido Morena, que ganó las elecciones en 2018, aún no se ponen de acuerdo para definir a sus dirigencias estatales, ya que quienes eran, ahora son funcionarios, diputados, senadores, delegados, tendrán que evitar rebatingas y peleas, porque el escenario se puede empezar a desdibujar, ya que deben llegar al 2021 unidos y fuertes.
Morena, deberá iniciar un proceso interno de fortalecimiento, luego de que no hay dirigencias en los estados. O sea, no hay partido, ya que están ocupados en gobernar.
Pero deberán hacerlo, sin riñas, sin descalificaciones, sin peleas por los huesos, pues la gente los observa y si repiten lo que le ha ocurrido a los otros partidos, serán abandonados.
Los panistas, priistas, perredistas y demás fauna que hoy conforman Morena, deben ser cautelosos y no mostrar sus vicios que tenían en sus anteriores partidos, pues si lo hacen, pueden ser sancionados y sentados en la banca, por hacer de ese partido, lo mismo que los otros.
Luego entonces, hay que pensar que viene una semana de recogimiento espiritual, para quienes crean y para quienes no, también. Ya que podrán reflexionar qué sigue, con quién y cómo se puede lograr hacer mejor.
Por lo pronto en Guerrero han ocurrido cosas, como la Convención Nacional Bancaria, El Tianguis Turístico y las obras e inversiones siguen, como el complejo Mare, entre otros elementos. 
Hay violencia sí, hay paros y bloqueos que molestan. Pero las promesas del nuevo gobierno de Morena, es que todo va a cambiar, para que al parecer todo quede igual. 
Y Astudillo, como pez en el agua.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario