MEMORÁNDUM

***Regresar y agradecer
Gerardo Ruano Cástulo
En el taller de la imaginación, me encontré un relato con mensaje dedicado al agradecimiento. Trata de un joven aventurero. Hijo de padres con demasiada solvencia económica. Por tanto, gustaba de viajar y conocer lugares. Disfrutar de buena comida y bebidas.

Pero, a pesar de lo que se veía, no era simplemente una gira de derroches y vicios. Le acompañaba, el amigo de toda la vida. Éste, si gozaba de los placeres de la vida.
En el fondo, el joven buscaba algo. Sentía insatisfacción y vacío. Hasta que en cierta ocasión, se toparon con un grupo de nueve personas, que caminaban por el campo, pidiendo ayuda.
No se trataba de un grupo cualquiera. Eran de los llamados rechazados. Tenían la terrible enfermedad de la lepra. El amigo de toda la vida se llenó de pánico. No quería contagiarse y ser marginado o excluido de la sociedad.
En cambio, el joven se compadeció de ellos. Y preguntando donde vivían, se fue con ellos. Desde aquél momento, dedicó sus recursos a servir a aquellas desafortunadas personas.
Alquiló una propiedad, que estaba cerca del refugio que habían elegido. El amigo de toda la vida, salió huyendo en cuanto pudo. En tanto, el joven se ocupaba de ir al pueblo para que no les faltara alimento a los leprosos.
Pasado el tiempo, el joven se comenzó a sentir mal. Se había contagiado. El problema, es que en su última visita al pueblo, ya lo tenían en la mira. Así que al ir por los víveres, una brigada le siguió al regreso, encontrando el refugio; por lo que fueron corridos.
Comenzó así la travesía por el campo. En busca de un nuevo refugio. Por la noche, en la mente del joven pasó la tira de acontecimientos y hechos de los últimos meses. Entre ellos, recordó al mago que les dijo, que por esas tierras había un hombre que hacía curaciones milagrosas. Con el destello de esperanza se quedó dormido.
Por la mañana, se puso al frente del grupo y se acercaba sigilosamente a las afueras de los pueblos, en busca de aquél hombre. Su búsqueda no fue en vano. En cuanto, supo que estaba ahí, sin importar el rechazo, condujo al grupo hasta él. Al verlos, el hombre se compadeció de ellos. Entonces, les hizo señas para que se acercaran más. Así lo hicieron. Les impuso las manos y quedaron curados.
Enseguida, los mando ir al templo para cumplir con lo estipulado en la ley. Para que no fuesen rechazados por la sociedad. El joven cumplió lo mandado. Y al salir del templo, el grupo se dispersó. Él, en cambio, regresó a Jesús para Agradecer. El maestro, al verle solo, lanzó la pregunta, ¿No acaso eran 10?
Siempre será importante agradecer. Siempre será excepcional regresar. Por eso, hoy enmarco el tema en esta entrega. Puesto que conozco a quien le gusta regresar y agradecer. Lo vimos en la que fue su escuela primaria; la Vicente Guerrero de Chilpancingo, a donde ha regresado y nunca con las manos vacías.
Ayer, se le vio en la que fue su escuela profesional, la facultad de estudios superiores de Aragón, de la UNAM. Ahí, compartió con los jóvenes su experiencia. Habló de los grandes desafíos. De lo grande de Guerrero. Y por supuesto, de cómo ha vivido en carne propia remar contra corriente.
En días próximos, se sabe que regresará a la que fue su escuela secundaria; la emblemática Esfaid. Y lo hará, para entregar una escuela totalmente nueva. Levantada, de nuevo, desde los cimientos.
Por cierto, su lugar natal, Chilpancingo, tiene hoy una inversión grandiosa. Se ve en distintas obras. Y precisamente, uno de los sectores, donde más se nota y aprecia, es en la infraestructura educativa.
Un político de gran calidad humana. Hombre que sabe agradecer. Que sabe regresar. Su nombre, Héctor Astudillo Flores, Gobernador de Guerrero.

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