TUMBANDO CAÑA

¿Quién ganó allende en las fronteras del norte?
Juan Antelmo García Castro
Luego de tres días de intensas negociaciones por parte de los Gobiernos de Estados Unidos y México, el incómodo país del Tío Sam dio marcha atrás a sus amenazas de imponer aranceles del 5 por ciento a productos mexicanos a partir de ayer lunes 10 de junio, como medida represiva contra nuestra solidaria nación por no controlar el flujo migratorio –principalmente de personas centroamericanas- hacia la frontera del norte para desde allí brincar literalmente en búsqueda del anhelado sueño americano…
Fue hasta la noche del viernes 7 de junio cuando los representantes de México y Estados Unidos lograron acuerdos comunes “que deberán pasar por un periodo de prueba de 90 días”…Al día siguiente de las “exitosas negociaciones” bilaterales, es decir el sábado 8 de junio, Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, escribió en su cuenta de Twitter: “Me gustaría agradecer al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y a su Ministro de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, junto con los representantes de EU y México, por trabajar tanto y tan arduamente para completar nuestro acuerdo sobre migración”…Sin embargo, desde el sábado pasado y hasta hoy día los comentarios obligados de columnistas y editorialistas en medios escritos y electrónicos por todo lo largo y ancho del país se describieron así: “AMLO aprobó todo lo que impuso Trump en las negociaciones”; “México tuvo que ceder poquito en la negociación con Estados Unidos”; “Hubiera sido peor que EU impusiera el 5% en aranceles a las mercancías mexicanas”… Pero usted estimado lector ¿qué opina?
URGE LA RENEGOCIACIÓN DEL TRATADO DE LIBRE COMERCIO
En mi humilde opinión considero que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o NAFTA, por sus siglas en inglés, establecido por Estados Unidos, Canadá y México el 1 de enero de 1994, de origen es un convenio comercial arbitrario e injusto para nuestro país, por lo que es urgente plantear el inicio de un proceso tendiente a establecer las condiciones de renegociación del referido tratado trilateral, que en realidad permita integrar a la economía mexicana a las dinámicas mundiales, pues lejos está de ser un convenio igualitario entre los tres países…Canadá, por ejemplo, restringe el rubro alimenticio, es decir, protege a sus productores del campo, lo que México no estuvo dispuesto a realizar, al contrario, incluyó en el TLCAN la privatización de recursos naturales, alimentos, recursos financieros, etc…En igual o peor situación está el Tratado Estados Unidos–México, incluso se considera un “ejemplo mundial” pues representa el modelo ideal ya que “abrió camino” para la inclusión de diversos rubros de mercantilización, así como en la liberación total de aranceles, estableció las mayores facilidades a las empresas trasnacionales para su establecimiento, además de otorgar el derecho efectivo a las empresas extranjeras para demandar al gobierno mexicano ante cualquier decisión u omisión en materia de políticas que directa o indirectamente les afecte…Lo anterior dio lugar a la apertura sin condición para la transferencia de excedentes productivos agrícolas de Estados Unidos a México; la explotación de la fuerza de trabajo y la extracción de recursos de México por parte del país de las barras y las estrellas…Luego entonces ¿urge o no la renegociación de ese desproporcionado Tratado?

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