ZONA CERO

*El fertilizante que no llega. 
*La estrategia electoral de los funcionarios federales.
Roberto Santos
Es curioso ver cómo desde el equipo de Pablo Amílcar, diputados y funcionarios, se ha armado una campaña de linchamiento en contra del gobernador, del PRI y del PRD por su incapacidad para entregar el fertilizante.

Antes que aceptar su responsabilidad en el retraso del abono, están buscando inmediatamente la manera de lavarse las manos para no quedar como fracasados en esta primera acción de gran envergadura.
El problema del delegado federal fue ignorar la ayuda que le quisieron otorgar los presidentes municipales y el mismo gobernador, principal interesado en que este programa se cumpla al cien por ciento.
Es decir, Amílcar a la entrega de fertilizante gratuito le dio connotación política al imponer que fueran los servidores de la nación los encargados de levantar el padrón y ahora quienes entreguen el abono personalmente a cada productor, aunque eso ya les está haciendo bolas porque no van a poder cumplir en tiempo y forma.
Tampoco el fertilizante está en bodegas, apenas han llegado como 50 mil toneladas de 140 mil,  y no permiten que los presidentes municipales aporten su colaboración ni el gobierno del estado, por lo que se cree existe un afán de capitalizar este programa para la candidatura a gobernador del funcionario federal, si es que llega al proceso y no lo renuncia antes el presidente de la República. 
Y es que a pesar de que el gobernador y los funcionarios del gobierno estatal quisieron poner la experiencia de dos años de entrega de fertilizante, así como los presidentes municipales sumarse al programa, desde el principio fueron ignorados y ahora el ejecutivo se ha convertido en el apagafuegos donde ya están surgiendo problemas y reteniendo funcionarios federales.
Pero antes que ofrecer agradecimientos por el apoyo del gobernador, éste recibe acusaciones, así como el PRI y PRD de que el fertilizante no llega a las bodegas, a las comunidades y a los productores por cuestiones políticas y electorales.
Una acusación mezquina del equipo de Amílcar, cuando los guerrerenses han visto el interés y ahora la preocupación del gobernador para que este programa sea cumplido con eficacia.
Y es que los funcionarios federales no saben ni imaginan los problemas que van a acarrear al estado y a los productores, si no se cosecha el maíz que sirve para autoconsumo de los campesinos. 
Es decir, por hacer su prueba político electoral en Guerrero, cientos de campesinos están en el riesgo de padecer hambre, por eso es entendible su molestia y desesperación ante la incapacidad de los Siervos de la Nación y de su ausente jefe, Pablo Amílcar. 
Al menos que sea una estrategia, por demás perversa de no cumplir el programa y dejar a miles de campesinos sin abono y dirigir este descontento con la fuerza del gobierno federal en contra del gobierno del estado para minarlo políticamente, en aras de ganar posicionamiento político. 
En política todo puede suceder.

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