ZONA CERO

Hacerse el harakiri en Morena
Roberto Santos
La verdad…tiene razón.

Quienes la atacan se hacen el harakiri…
O de menos manifiestan padecer el síndrome del cangrejo mexicano.
Quienes le ponen piedras al andar político de la presidenta municipal de Acapulco, saben que en el pecado llevarán la penitencia.

Es simple. 
Quienes la atacan con tanta ferocidad durante esta coyuntura de pandemia, de resultar electo, va a necesitar de la suma de todos para poder ganar.
Esto es una enseñanza de primaria para que aún no la entiendan.
Es decir, quien sea el candidato la va a necesitar y, entonces ella sabrá si le mete el hombro a quien se encargó de ponerle espinas a su camino, o le paga con la misma moneda. 
Por eso la frase: se hacen el harakiri. 
O morderán el polvo en el 2021.
Y es que en política los amigos son dudosos pero los enemigos son de verdad. 
Adela ha sabido aguantar vara, y sin duda le va a pesar a quien le echa tierra un día y el otro también, todo porque dentro de su partido hay quienes se han forjado el firme propósito de dejarla fuera de este proceso de elección de candidato a la gubernatura, y maniobran sucio para dejarla fuera.
Esos políticos, que pretenden hacer las cosas solo como a ellos se les ocurre y que no aceptan que otros se anoten –y si son mujeres, menos–, son personajes que proyectan carencias y buscan ser el eje del proceso electivo.
El lío es que a veces son personas que desean que otros les veneren y aplaudan, sin sustento alguno. 
A esos personajesse les puede dar la buena noticia de que los machines ya no controlan el mundo de la política.
Y que sus capacidades no están más allá de las que demuestran muchas mujeres, como Adela, quien tiene todo para participar en el proceso de elección interna para candidato o candidata a gobernador.
Nadie en su sano juicio le puede negar ese propósito.
Quienes lo intentan, son esos políticos en vías de extinción, que creen que por ser machines son los que deciden en los partidos políticos, a estas alturas del siglo XXI.
Es cierto que la cultura machista distorsiona la realidad de quien la profesa, y le impide tomar consciencia de su situación actual, a tal grado que prefieren seguir obstaculizando el trabajo unido, de solidaridad interna, para hacer perder a quien no piensa como él o ellos. 
Por lo pronto, Adela, la presidenta municipal de Acapulco, demuestra cada día estar ocupada en resolver los asuntos del puerto desde el inicio de su administración, y ha reforzado sus acciones durante la pandemia del Covid-19. 
Restarle méritos a su trabajo es de mezquinos.
Adela no es improvisada en política, por lo que sabe que los resultados de su gobierno serán el mejor referente ciudadano para catapultar o no, su carrera política para el proceso que viene, el del 2021.

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