Ámame hasta con los dientes
Por Ernesto Salayandía García
Ámame hasta con los dientes
Estar enamorado es vivir la vida en otra dimensión, en un viaje extraordinario, fuera de serie lleno de pasión, de fascinación e ilusión, ver el color con un estupendo reflector en un cristal mágico, te parece un deleite contemplar a detalle su rostro, cejas , ojos, mirada, te vuelve loco su boca, sus húmedos labios, gozas de cada una de las caricias que le haces y que te da, desde el simple rose de piel de mano con mano o piernas, es el amor un lenguaje sin palabras, brilla ante la ternura de los abrazos, el deleite de los ligeros besos en el cuello, el olfatear su olor, lo sensual de su aroma, el perfume del ser amado, el tiempo transcurre como agua, los minutos vuelan como las hojas en otoño, las horas se detienen en una eternidad que disfrutas al máximo, no quieres separarte, puedes pasar horas enteras escuchando su voz al teléfono, sus risas y comentarios te vuelven loco, cada palabra, cada frase encuentra eco en lo más profundo de tu corazón, no te cansas de ver sus fotos en el celular o la preferida en tu cartera, hay canciones que hablan de este amor, de la nube rosa donde eres el ser más feliz del mundo, eres un novio detallista, le escribes cartas, poemas, pensamientos, le llevas flores o un regalito, no pierdes oportunidad de demostrarle tu amor de mil formas, el lenguaje de tu pasión, lo dice todo, la mayor parte del tiempo, estas bien y de buenas, feliz de la vida, pero el encanto, como si fuera un cuento de hadas, desaparece como la espuma, los días son lagos, tediosos y aburridos, la relación de armonía y alegría, tomo vacaciones y los ayeres no regresaran, vives ahora, una cruda realidad, cuando hubo amor, perdonabas las impuntualidades, las pequeñas mentiras, sus faltas de educación o que fuera a confiar con sus amigos, de repente, llego el control, los reclamos, el hostigamiento, la manipulación y a veces hasta el chantaje emocional, ahora, todo parece distinto, te enojas por todo y por nada, el silencio es parte de una pésima comunicación de pareja, esta comunicación, donde afloran las malas palabras y los gritos, todo ello, debido a que el amor acaba.
Enamoramiento
Muchos noviazgos viven esa primera etapa de la nube rosa con toque especial de hipocresía, ambos se mienten el uno al otro, usan una y mil mascaras para cada ocasión, fingen, en muchos casos, ser lo que no son, viven de las apariencias y la relación tiende de un hilo, que tarde que temprano se revienta, por ello, la palabra se parte en dos, enamora-miento, al principio se complace, van cediendo por quedar bien, dicen si, cuando en verdad quieren decir no, se finge en las decisiones como el escoger una película o elegir una actividad, las mentiras, pequeñas o grandes afloran a cada instante, el amor pierde intensidad, la nube rosa se desvanece y el encanto mágico, tarde que temprano, desaparece, el lenguaje se transformas, se torna, seco y agresivo, la neurosis sube de volumen y la pregunta es, ¿qué sucedió?
La cruda realidad
La pasión desvanece, ambos caen en un pantano emocional que se llama rutina, sinónimo de aburrimiento, apatía, desencanto, todos elementos matan al amor y las máscaras desaparecen, son los rostros secos, tristes, amargados los que afloran en vivo y a todo color, la relación continua, porque me usas y te uso, porque por ahora así lo quiero y puedo soportar todo lo toxico.- Ambos procesan falsas expectativas, en que la relación va a mejorar, pero la realidad es que van de mal en peor, como el cangrejo y así pueden pasar muchos años, se llega al matrimonio y en apariencia todo está bien, pero entran a un verdadero infierno del que no pueden salir, nacen las infidelidades, por supuesto las mentiras, los pretextos y las justificaciones, ligado a ello, los gritos, las palabras altisonantes, los apodos, claro, los calificativos y los descalificativos ofensivos, afloran también, las humillaciones, ridiculizaciones y todo tipo de agresión, física, mental, emocional, pero son pocas las parejas que trabajan su interior, nadie quiere reconocer su rebanada en el pastel y lo más fácil es echar culpables, lo que los coloca en el odio y el rompimiento total.
Más de lo mismo
Se ofrece un lenguaje corporal, rígido, seco, austero, demasiado serio, hay que recordar, que el mensaje tiene un 70 por ciento en el lenguaje corporal, el 20 por ciento está en la expresión facial, el 10 por ciento se encuentra en la voz, por ello, el matrimonio o la pareja toxica va mermando algo tan importante que es la comunicación y cuando hablan, usan este instrumento para atacar, denigrar, desprestigiar, echar culpas y es verdaderamente, el cuento de nunca acabar, hasta que deciden finiquitar la unión con un irrevocable divorcio que deja profundas heridas en el alma y los daños son profundos.
Fui de todo y sin medida
He escrito mi propio testimonio, soy el príncipe que se convirtió en sapo, de ahí vengo, no soy el enmascarado de plata, soy el mil máscaras, mitómano, soberbio, manipulador, controlador, yo viví esa nube rosa, pero mis conductas toxicas asfixiaron mi relación, lo eche todo a perder, me aferre a mis obsesiones, a mi celotipia infernal, dominada a cada instante de mi machismo extremo, propio del tipo ególatra y soberbio, y a resumidas cuentas, comprendo que el respeto absoluto es la base de cualquier relación y si no lo hay, no hay nada, las personas deben de aprender a poner límites, no permitir que nada ni nadie te haga daño, trabajar profundamente sobre codependencia, capacitándose y aplicando los conceptos para no ser víctima o victimario de esta terrible enfermedad emocional, la mala relación, extermina las buenas vibras, chupa la energía como si tratara de un vampiro que te clava sus colmillos y te extraer todo la esencia de tu interior y lo he dicho mil veces, no te ama quien te hace llorar, quien te roba tu libertad, no te ama, quien te daña.
Sumisa, dejada, abandonada, triste, frustrada, con sentimiento de culpa, arrinconada como una escopeta vieja, tratada como la muñeca fea, a veces, sirve de sparring, cuya actuación es servir de bulto para que el boxeador estrene sus mejores golpes. Acusada, humillada, maltratada, ridiculizada, escupida, utilizada, víctima del mal trato, reflejo claro de injusticia social. La esposa de un alcohólico, en mi caso, hablando de mí, es un objeto del cual yo me siento el dueño, con la autoridad de gritarle cuando las cosas no me parecen, hacerla sentir mal, cuando comete un mínimo error, echarle en cara los fracasos, los problemas, las crisis, el corte de la luz o el teléfono, cuando reprueban a un niño en la escuela, cuando hay algún problema, la esposa de un alcohólico como yo, invariablemente, siempre tiene la culpa- Yo me lavo las manos..- Te lo dije.- Nunca entiendes.- Qué más se puede esperar de ti.- Eres una inútil.- No sirves para nada.- Ya me tienes hasta la madre.- Ya estoy harto de tus pendejadas.- Tú no sabes nada, ni te metas.- Tu cállate.- Lárgate, no te soporto.- ¿Qué no entiendes?- Y otra vez la burra al maíz.- Es una mujer especial, de una madera exclusiva que aguanta todo, no deja de preocuparse cuando su marido no ha llegado a dormir, no logra conciliar el sueño pensando en lo peor de lo peor, el sueño se le va, cuando su mongolito, va directo a vomitar al escusado, echando todo, arrodillado y esforzándose por depurar toda la carga emocional, ella, la mujer de un borracho, normalmente es comprensiva y la domina el espíritu maternal, le da la ayuda frotándole la espalda y el pecho, llevándole limonada con alka-selzers, frotándole la cabeza para que se calme, soportando el apeste al vómito, limpiándolo con sus manos, regado por todos lados, sin importar que sean las 4 de la mañana, atenderle las más mínimas complacencias, hacerle de cenar si el rey trae hambre, darle lo que el niño pida, a fin de que no se vaya a molestar, hablarle con delicadeza, tratarlo con pincitas y soportar el tufo a alcohol, soportar sus groserías, insultos, insinuaciones y ofensas, tener relaciones sexuales a fuerzas, (¿ ? ) A las que él le dice, hacer el amor, permitirle que sea un barbaján y escuchar tontería y media por mientras desahoga su furia animal. Y si no hay sexo.- Cuidado con las humillaciones, los golpes, las amenazas, los adjetivos descalificativos y todo ese lenguaje de un enfermo patológico, soberbio. Dormido, ronca como un león, apesta a alcohol, lo transfiere hasta por los poros, babea y habla dormido, por supuesto que los pantalones tirados en el suelo, la ropa sucia y la cartera vacía. -Nunca hay dinero para nada. - Ella, habrá de despertarse a las 6 de la mañana, a preparar el desayuno y a alistar a sus hijos para que se vayan a la escuela, recogerá la casa, lavará la ropa sucia y planchará la limpia, la mañana se irá muy rápido y cuando el patrón se despierte, en la cama estará lista la cerveza fría y la carta, mostrando el menú que al patán se le antoje, desde chilaquiles, un menudito, sopes, quesadillas o flautas, expuesta a que le aviente el plato contra la pared si el platillo no le gustó, si algo le molestó e irritó, porque la esposa de un alcohólico, debe de ser muda, ciega y sorda.- Sumisa.-¿O no?
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