EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ

 El poder de la sonrisa

Por Ramón Durón Ruíz (†)

El Filósofo griego Aristóteles, -sabio por derecho propio- en el año 360 A.C. escribió el texto “Revolución del alma”, que por estar pleno de esa sabiduría que es para siempre lo pongo a tu disposición:

“Nadie es dueño de tu felicidad, por eso no entregues tu alegría, tu paz, tu vida, en manos de nadie, absolutamente de nadie. 

Somos libres, no pertenecemos a nadie, y no podemos querer ser dueños de los deseos, de la voluntad o de los sueños de quien quiera que sea.

La razón de tu vida eres tú mismo, tu paz interior es la meta de tu vida.

Cuando sintieras un vacío en el alma, cuando creyeres que aun te está faltando algo, aun cuando tengas todo, envía tus pensamientos hacia tus deseos más íntimos y busca la divinidad que existe en ti. 

Deja de poner tu felicidad cada vez más lejos de ti.

No te pongas objetivos que no estén al alcance de tus manos, abraza los que estén a tu alcance hoy. 

Si andas desesperado por problemas financieros, amorosos o de relaciones familiares, busca en tu interior la respuesta para tranquilizarte, tú eres el reflejo de lo que piensas a diario. 

Deja de pensar mal de ti mismo, y se tu mejor amigo siempre.

Trabaja mucho a tu favor. Deja de esperar la felicidad sin hacer esfuerzos. 

Deja de exigir a las personas aquello que ni tú has conquistado todavía.

Critica menos, trabaja más, y no te olvides nunca de agradecer. Agradece lo que está en tu vida en este momento, inclusive el dolor. 

La grandeza no consiste en recibir honras sino en merecerlas.

Sonreír significa aprobar, acertar, felicitar, entonces abre una sonrisa para aprobar el mundo que te quiere ofrecer lo mejor. Con una sonrisa en el rostro las personas tendrían la mejor impresión de ti y tú estarás afirmando para ti mismo, que estás cerca de ser feliz.” 

Será porque sabio como era Aristóteles conocía el poder de la sonrisa que no es otra cosa que “una línea curva que todo lo endereza”, un don de vida que se fortalece mediante su uso diario que beneficia positivamente a nuestro entorno en la construcción de las mayores bendiciones que impactan directamente en nuestra vida: la salud y la felicidad.

Charles Chaplin afirmaba: “No hay día más perdido… que aquel en que no hemos reído” será porque una sonrisa es no sólo un don, es también un regalo que plenifica y armoniza nuestra vida con el cosmos, una sonrisa en síntesis es la máxima de las expresiones humanas.

Cuando veo un ser humano que gusta de recibir no sólo al nuevo día sino también a aquellos con los que convive con una sonrisa, me da la impresión de estar en el paraíso. Con el paso del tiempo he aprendido que la gente que ama y que es feliz sonríe con una facilidad alquímica, debido a que la sonrisa es el claro reflejo de la presencia de Dios en nuestra vida y con ello de una paz interior y una lealtad a la vida.

Cuesta lo mismo andar de malas que de buenas, sólo que los resultados son diferentes. 

Una sonrisa, será siempre una contraseña visible de un alma que está abierta de par en par, lista para recibir las miles de bendiciones que la vida le da.

Para el viejo Filósofo de Güémez, la genialidad de una sonrisa, el poder del buen sentido del humor y la magia que provee el amor, hacen que el breve espacio del viaje por esta humana carnalidad, sea más ligero, divertido, alegre, poderoso e inmensamente creativo.

Lo que me recuerda que en plena crisis económica, un empleado acude con su jefe en la búsqueda de aumento de sueldo: 

–– Señor, debido a la pandemia que estamos pasando, sería bueno que me subiera el sueldo, ¡le advierto que hay tres compañías que andan detrás de mí! 

–– ¿Ah, sí? – comenta el jefe–, y puede decirme ¿cuáles son esas compañías? 

–– Po’s sí… ¡LA DEL INTERNET, LA DEL GAS, Y LA DE LA LUZ!

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