EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor)

 *El momento de Mario Moreno

De Julio Ayala Carlos

HAY QUE DECIRLO. EN EL PRI, EL MOMENTO ES DE Mario Moreno Arcos. No sólo para que sea candidato a gobernador por ese partido y de la alianza electoral que tiene con el PRD, sino para ganar la gubernatura del estado. Es cierto, hay otros aspirantes, pero de no ser Mario el candidato, no sólo pierde el PRI, sino también el PRD. Y pierde Guerrero.

Ni duda cabe que tanto el senador Manuel Añorve Baños como el diputado local Héctor Apreza Patrón traen lo suyo, pero en estos momentos, cuando el PRI necesita ganar la gubernatura del estado, tanto para continuar lo que está haciendo el gobernador Héctor Astudillo Flores, como para conservar el poder, el único que puede lograrlo, en alianza con el sol azteca, es Moreno Arcos.

Y es que las elecciones se ganan con votos, y éstos los tiene, en este momento, el exsecretario de Desarrollo Social del gobierno del estado. No hay otro en el PRI, en estos momentos, que genere liderazgo, empatía, confianza y certeza más que Moreno Arcos. Es también él quien genera incluso en otros partidos, incluyendo Morena, simpatía. “Soy de Morena, pero si va Mario como candidato, voto por él”, he escuchado decir.

Sí. Lo he escuchado de gente que milita en el PRD, en el PAN, en MC, en el PVEM, e incluso en el PT. Y por supuesto, también lo he escuchado entre la gente sin partido, entre la sociedad civil; entre quienes se han decepcionado de los partidos políticos, pero que “si va Mario voy a votar por él”.

Ciertamente la política es de tiempos y circunstancias, y el tiempo de hoy, como la circunstancia, le favorecen a Moreno Arcos, quien suma adhesiones aquí y allá. Su sencillez, su empatía, y la confianza que genera, le hace multiplicarlos.  Es el único, hay que decirlo.

Así pues, si su partido, y quienes finalmente decidirán la candidatura quieren ganar Guerrero, no tienen más que elegirlo. Sólo él es quien puede ganarles a los de enfrente.

Por supuesto, si es que en el PRI hay interés de ganar la elección. De lo contrario, pueden elegir a los mismos. Manuel Añorve, hay que decirlo con todas sus letras, no puede bailar el mismo baile. Los tiempos son otros, y otras las exigencias.

En el río, nadie se baña en sus mismas aguas dos veces, dice el filósofo. Y el poeta puntualiza: nosotros los de entonces, ya no somos los mismos.

Hace seis años, por ejemplo, los actores de entonces eran sanos. Hoy, algunos, ya no. Hay diabetes, hipertensión, triglicéridos. U otras enfermedades. El tiempo pasa y te abandonan las fuerzas, tanto humanas como políticas. Ayer eras fuerte, hoy ya no. Eras débil, y hoy fuerte. Es dialéctica pura.

Es el caso de Moreno Arcos. Hace seis años, no era su tiempo, ni su circunstancia. Hoy, sí.

Por supuesto que Manuel Añorve es el más conocido. ¡Y cómo no! Ya ha sido candidato a gobernador. También recorrió el estado como candidato a senador, y en años atrás, también hizo lo mismo como precandidato. Ni modo que no lo conozcan, aunque haya perdido las elecciones. Por supuesto que Héctor Apreza es un excelente cuadro del PRI, pero también tiene años de haber ganado una elección.

En cambio, puntualizo, Moreno Arcos no sólo no ha perdido una elección, sino que ha ganado las seis en las que ha participado: una para síndico municipal, dos para alcalde de Chilpancingo, otra para diputado local, y dos más para diputado federal. Está, pues, invicto. Y se lo dejan participar en la séptima, todo indica que la gana.

Algo más de Mario Moreno, lo cual lo engrandece: sabe de no tener nada, y eso le enseñó humildad. Sabe del esfuerzo; eso le enseñó constancia. Sabe de los vaivenes políticos; eso le enseñó el carácter. Sabe de elecciones; eso le enseñó a ser un ganador. Sabe también de la arrogancia; eso le enseñó sencillez. Sabe de los excesos; eso le enseñó aprender a servir.

Un dato extra. La alianza electoral fue condicionada a que Mario Moreno fuera el candidato. Es pues, generador de alianzas y de compromisos.

Finalmente. Si en el PRI no salen unidos, la derrota es de pronóstico.

Por cierto, lo dijo en Petatlán. Para gobernar bien, “se requiere trabajar, trabajar y trabajar, y trabajar más”. Y más aún, agregó: “con humildad, con sencillez, y sabiendo escuchar”.

Ahí el por qué es hoy su mejor momento. Ojalá y lo dejen en el PRI. Guerrero, el estado, requiere continuar en el desarrollo. Requiere de un buen gobernante, que entregue resultados. Será un error elegir a quien no conoce ni el estado, a un ocurrente, o a un bandido.

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