Demuestra Sputnik ser la más eficaz y fácil de transportar de las vacunas, además de barata

 *Aunque en un principio se dijo que faltaban pruebas sobre la vacuna rusa, ésta ha ganado mayor aceptación en todo el mundo por sus diversas características.

Es la vacuna más eficaz contra el COVID, requiere una sola dosis, pero también es la segunda más barata de las que están en el mercado además que es la más fácil de transportar, condición por la cual pasó de ser aquella que tenía algunas dudas, a la más solicitada por el mundo, además de que no es acaparada por el gobierno ruso como sucede en otras latitudes.

Pero no siempre fue así. La tardanza de los ensayos clínicos provocó que hubieran dudas; incluso, en México la senadora conservadora Lilly Téllez -que no tiene conocimiento alguno del ramo médico- se aventuró a afirmar que era una vacuna “patito”. Si bien, como en otros asuntos, hablaba desde el absurdo, ello no impidió que hubiera débiles de criterio que la secundaran.

Cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el 11 de agosto de 2020 que el organismo regulador de la salud del país se había convertido en el primero del mundo en aprobar una vacuna de covid-19 para su uso generalizado, la noticia fue recibida con escepticismo. No se habían realizado ensayos sobre la seguridad y eficacia de la vacuna.

Aunque la recepción inicial de la Sputnik V fue crítica, en febrero de 2021 se comunicaron los resultados preliminares de los ensayos de fase 3 con una tasa de eficacia del 91,6 %: el porcentaje de reducción de la enfermedad en un grupo de personas vacunadas en comparación con un grupo no vacunado en las condiciones del ensayo.

Los resultados científicos fueron claros. Un comentario publicado en The Lancet concluyó: Otra vacuna puede unirse ahora a la lucha para reducir la incidencia de la covid-19.

Aunque es poco probable que el impacto de la Sputnik V rivalice con el del Sputnik 1, el primer satélite de la historia que desencadenó la carrera espacial, sigue siendo un producto importante en un momento en que se necesitan vacunas con urgencia.

Además de significar ’satélite’ en ruso, Sputnik también significa ’compañero de viaje’. Cada vez son más los países que quieren salir de la pandemia usándola como una de sus opciones.

Sputnik V utiliza una plataforma de vector viral –que utiliza un virus inofensivo para introducir material genético del virus que causa la COVID en su sistema inmunitario– como hacen las vacunas de Oxford/AstraZeneca y Johnson & Johnson. Fue desarrollada por el Instituto Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología de Gamaleya, que también ha participado en el desarrollo de vacunas contra el ébola y el MERS.

Sputnik V tiene dos ventajas fundamentales que facilitan su distribución: es una de las vacunas más baratas y puede transportarse fácilmente. Con un precio de 10 dólares (8,3 euros) por dosis –el mismo que el de Johnson & Johnson–, Sputnik V solo es superada en coste por la vacuna de Oxford/AstraZeneca, que cuesta 4 dólares (3,3 euros) por dosis. Esto significa que Sputnik V es más accesible para muchos países que luchan con el coste de la vacunación de su población.

Al igual que la vacuna de Oxford/AstraZeneca, Sputnik V no requiere un almacenamiento especializado. Su versión líquida puede almacenarse a temperaturas de congelador doméstico. Se está desarrollando una versión que se puede almacenar a temperaturas de nevera y también existe una versión en polvo.

El menor coste y la menor complejidad de la logística de Sputnik V, que en un principio se consideraba una forma de hacer llegar fácilmente la vacuna a las regiones remotas de Rusia, está atrayendo también a muchos fuera del país.

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