TRAZOS TIME...

*Caminado sobre el lenguaje inclusivo

El lenguaje inclusivo para algunos que lo han analizado o no están de acuerdo quita tiempo, y te hace cometer errores porque no es una regla, ni un método a seguir, es simplemente una nueva moda en las relaciones políticas sociales, para no excluir a los dos sexos que conocemos y a las nuevas preferencias dentro de la ideología de género.

Estos que pueden decidir si hoy quieren ser masculinos o mañana femenino, o la integración de lo que ellos llaman una nueva familia, con dos seres humanos del mismo sexo o preferencia.

Se observa que el lenguaje inclusivo es más bien parte de ese proyecto de ver al ser humano, es un nuevo lenguaje social como parte de ese nuevo paradigma que han inventado, porque no es propia una naturaleza y lo expreso con todo respeto. 

El escritor peruano-español Vargas Llosa, que no es a alguien que en lo particular admiré ni coincida con su modo de apreciar a las democracias y civilizaciones, aunque coincido ahora con algunas apreciaciones, dijo sobre este caso en lo particular de los dos sexos, todas o todos, o sobre el sustantivo todes:

‘Estoy departe del feminismo, pero no del “feminismo mal entendido que pretende desnaturalizar al español, eso no lo puedo autorizar’.

Para los que defienden el lenguaje inclusivo, insisten que el actual lenguaje que usamos es excluyente, no tanto para los dos sexos, sino también para las nuevas preferencias dentro de la ideología de género, esos reitero que un día pueden ser mujer al otro día hombres, o más preferencias.

Para Vargas Llosa el lenguaje que hoy utilizamos dice que es natural esa exclusión, la palabra todes como que no va con esa fineza del castellano tan rico y sublime, todes se interpreta para Vargas Llosa, pareciera como un sonido ruidoso.

El debate sobre el camino del lenguaje incluyente contra el lenguaje excluyente a lo que se considera es normal, que para algunas feministas pareciera como patriarcal, es grande y largo. ¿Quién irá a ganar o imponerse a lo largo de estos años?

El avance del leguaje inclusivo contra de lo que llaman excluyente va a depender en la medida que se vaya demostrando que el lenguaje incluyente si justifica practicarlo, demostrar si hay un patriarcado o un machismo milenario en el lenguaje castellano.

Ya que la palabra ‘todes’ suena como burocrático, por mientras encontramos otro, de trámite, pero para los que no soportan el lenguaje inclusivo dicen que la palabra ‘todes’ suena como un graznido, quizás es exagerado, aunque ellos argumentan que ofende esa palabra.

Sólo los años nos van a poner en el lugar, si esta nueva revolución en el lenguaje se expresa con más respeto o es una moda dentro de esa equidad de género en la igualdad de oportunidades del hombre y la mujer, que si se la merece esa participación en todos los aspectos de la vida social y política por igual la mujer.

Mientras tanto la palabra ‘todes’ seguirá en debate su aplicación, que para la inclusión es justa, equitativa, aunque para otros mutila el bello idioma castellano, porque al decir todos ya incluye a los dos sexos.

No así decir también,  género, porque, de acuerdo a los excluyentes, el género solo se aplica en la vida animal y vegetal, en el ser humano se llama sexo, habrá que seguir esperando el debate de estas dos batallas, del lenguaje inclusivo y exclusivo.

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