LA IGUANA
He de admitir que siempre he sido malo para eso del baile. De plano no se me dá a pesar de que le he puesto ganas y el fin de semana pasado salí lesionado de una bailada…
Traigo la mano izquierda que casi no la puedo mover por molestia aguda en la “muñeca” y la pierna izquierda con fuerte dolor en la rodilla…
No creo que sea “la bola” (de años) porque yo estoy pollón, así es que mejor renunciaré definitivamente a la danza y menos intentar bailar el Son de la Iguana, porque a la otra me quedo inválido…
Por eso es que ahorita ando caminando así medio “chocante” o como si tuviera ganas de ir al baño, debido a que me duele a lo jijo la rodilla izquierda y lo peor, cuidándome la muñeca del mismo lado por lo que de plano me veo muy amolado…
Todos saben de la dificultad de bailar La Iguana, ya que hay que tirarse al piso e imitar a la iguana tratando de morder a la pareja…
Y todo por la maldad de una de mis sobrinas que fue la que pidió que por micrófono me invitaran a bailar con ella y nada que se hizo del rogar el cantante del grupo que amenizaba
el baile y me insistió hasta que me lancé a la pista (y al piso) al son de:
“…uy, uy, uy que Iguana tan fea…
miren como se menea
uy, uy, uy que iguana tan loca…
miren como abre la boca…”
Ahí mero es donde me desgracié la muñeca y la rodilla por andar de "iguano" a mis años, que ya más que iguana parezco garrobo viejo…
Quedé rengo y manco, pero lo bailado, ni quien me lo quite…
Es todo. héctor garcía alvarez
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