RAMPAS
Es una verdadera burla para los incapacitados el actuar de las autoridades, en todos sus niveles, pretendiendo dárselas de muy consideradas y les construyen rampas que supuestamente sirven para que estas personas en sillas de ruedas suban o bajen en banquetas y parques públicos…
Si un discapacitado se aventara a bajar por muchas de esas rampas, segurito que se rompe la madre, pues algunas son tan empinadas que más que rampas parecen “resbaladillas” para que jueguen y asemejan precipicios de la muerte…
Apenas andaba caminando por la alameda y al ir de una sección a otra de este pequeño pero hermoso parque ubicado frente a la UAG, noté que había unas pendientes al lado de las escaleras, pero jamás imaginé que algún ingeniero burócrata con cerebro de mosquito, las diseñó para que por ahí bajaran los que usan sillas de ruedas…
Con dificultad las puede bajar una persona en perfecto estado físico pues aparte de empinadas, esas pendientes son muy largas…
Hay que ser claros, un discapacitado es una persona que merece toda nuestra consideración y atención, pero no es un inútil ni una carga para nadie pues muchos de ellos trabajan con eficiencia y entrega y no es justo que las autoridades les falten al respeto haciendo esas rampas de la muerte…
Y las rampas mortales no solamente están en la alameda, ya fijándose, las hay por todos lados y muchas de ellas son absurdas, como una en la calle Madero que va a dar a una coladera…
No se vale que se pretenda justificar gasto del presupuesto con estas rampas y se hagan como hace muchas cosas el gobierno: con las patas…
Es todo. héctor garcía alvarez
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