UN MINUTO

 LOS EMOS

Evito en todo lo posible viajar al Distrito Federal, Pero hace dos semanas, no hubo remedio, iba a una fiesta familiar y era mero en Chilangolandia, así es que resignándome, allá voy a mi nativo Distrito Federal...

Me detiene un semáforo y como quedé al frente de la hilera de autos, comenzó a pasar la gente para cruzar la calle y veo venir a “una cosa” que no adivinaba si era hombre, mujer o bestia. Su ropa en tonos negros con estampados macabros, con las uñas de las manos pintadas de negro y toda la cara cubierta por el cabello…

¡Ora wey…! ¿Y cómo le hace para ver….?

Me quedé sorprendido. Jamás había visto a nadie así y pensé: “…alguna ciega le dijo que se veía bonito y el muy menso no vé ni por dónde camina con las greñas tapándole la cara…”

Pero más tarde encontré otro igual y uno más. Al comentarlo con otros chilangos me quitaron lo burro, es decir, me “desaburrieron”, informándome que a esos tipos se les conoce como “emos”, pero nadie sabe qué significado tiene la palabra…

Resulta que se sienten desgraciados, producto de hogares desbaratados o que simplemente creen que el mundo no los quiere… ¿pero cómo los va a querer, si asustan de feos y nacos?

La ignorancia de nuestros valores, heredados de una cultura prehispánica que aún asombra al mundo, nos lleva, en casos como el de los “Emos” a pésimas imitaciones de lo que otros tarados hacen. Basta recordar a aquellos “hipies” con cara de nopal que padecimos hace unos años…


 

   Es todo.               héctor garcía alvarez

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