LAS DENTELLADAS

¿El RENAUT otro adefesio inútil?

Por El Tiburón

El 10 de abril, camaradas de la hoz y el martillo, es una fecha muy importante para México. Primero, el 10 de abril de 1864 llegó a nuestro país, convertido en emperador, Maximiliano de Habsburgo, archiduque de Austria. También un 10 de abril, pero de 1919, las fuerzas políticas recién instaladas en el poder, diéronle callo, en la Hacienda de Chinameca, Morelos, a Emiliano Zapata, líder de uno de los grupos sociales (llámele clase, si quiere) que perdió la guerra revolucionaria que comenzó hace poquito menos de 100 años: Los campiranos.
El 10 de abril también es una fecha para recordar por que un día como ese nació mi compadre Nicanor, gracias a lo cual cada 10 de abril nos ponemos unas pedas fenomenales y a partir de ayer, el 10 abril será recordado como el día en que se cerró el registro de los teléfonos celulares y por ello este servidor de usted y como 10 millones más de meshicas nos quedamos sin celular, lo que no sabemos si constituye una tragedia (por que ya no tengo dónde recibir mis llamadas por 100 pesos cada 6 meses) o una bendición por que ya no tendré que pagarle esos mismos cien pesos al “harbano majicano” Carlos Slim.
Por cierto, mi estimado, cada vez son más los que dicen que el famoso RENAUT, que no es una marca de carros, sino el nombre del programa de registro de los teléfonos, es un verdadero fiasco. Como usted sabrá, este programa fue ideado por los genios del calderonismo presuntamente para evitar que se sigan usando los teléfonos celulares para extorsionar a la cristiandad. Creían sus defensores, que al conocer el nombre del dueño del celular, se frenarían los delitos.
Sin embargo, camaradas, pelaos que son muy inteligentes y que todas se las saben, afirman que, para empezar, el gobierno de México no es digno de confianza, pues a pesar de que los teléfonos personales están prohibidos en las cárceles, los sigue habiendo y por montones. A pesar también de que el gobierno ofreció que colocaría aparatos para bloquear la salida de llamadas de las cárceles, las llamadas siguen saliendo y por montones, así que estos señores dicen que lo más seguro es que a la información que se recabó se le dé mal uso o por lo menos los funcionarios la van a vender a las agencias de publicidad para que a usted lo bombardeen –como ya ocurre- con mensajes propagandísticos a través del teléfono celular.
Y no es todo, afirman que todo aquel que quiere puede burlar el control del RENAUT a través de diversas formas, mismas que no voy a mencionar aquí, no vaya a ser la de malas y me acusen de andar malaconsejando a la raza.
Los más pesados de los opinadores a los que me refiero, dicen que el RENAUT no es más que parte de una política fascista del estado mexicano encaminada a tener toda la información pero no de los malosos (¿será que los conoce a todos?) sino de usted y mía por si algún día la queremos hacer de tos de inmediato nos pongan quietos. Dicen que el corazón de esa política policiaca la constituye el proyecto de una nueva cédula de identidad donde, además de sus datos, le van a tomar la huella de los dedos de las manos, los dedos de los pies y la huella que deja usted al sentarse, además de un escaneo de la pupila del ojo que –según afirman- es más segura para identificar a un fulano que las mismas huellas digitales.
Eso dicen estos señores que se dedican a vertir sus opiniones en los diarios; yo la verdad creía que deveras se iban a acabar las extorsiones telefónicas con esto del RENAUT, pero la verdad ya me hicieron dudar. Ahora que les diré que todo esto es una discusión que no conduce a nada pues ya no me cuento entre los que tienen teléfono celular. A menos de que me preste el suyo, aunque sea sólo para seguir platicando.

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