MI PUNTO DE VISTA

Por Jesús  Herrera  Vélez

CON AGUIRRE Y AÑORVE HABRÁ ELECCIONES DE ALTA COMPETITIVIDAD ¡AGUAS!

Lejos están los tiempos en que con la sola nominación ya se era ganador y, válgase la expresión, ya casi se era gobernador; porque, en y desde la campaña, ya se tomaban decisiones de gobierno, consensuadas desde luego con el gobernador en turno, pero así eran las cosas.
Ahora estamos ante otra gesta democrática de consecuencias inéditas para la vida política de Guerrero.
Estamos otra vez ante una “revolución electoral”, como lo dice Felipe Victoria Zepeda.
Primero fue el fenómeno inédito de Zeferino Torreblanca y hoy, al parecer, será el de Ángel Aguirre.
En los partidos de izquierda no aparecen los candados tradicionales para postular candidatos, como los 10 años de militancia que exige el PRI para ser candidato a gobernador; además, de que hayan ocupado un cargo de elección popular a través de dicho partido, según lo establece el artículo 166 fracción IX de sus estatutos.
En el PRD, por ejemplo, dicen sus estatutos que, por ir en alianza o con candidato externo, el proceso interno de selección se suspende; aun cuando el candidato ya se hubiera seleccionado, por cualquier método. 
Nada que ver con los 10 años de militancia que exige el PRI.
La apertura del PRD y de todos los de la coalición, es superior en requisitos para postular candidatos.
Esto es lo que legalmente hace posible la candidatura de Ángel Aguirre por esa coalición de partidos.
Pero todavía oficialmente no son candidatos y ya Manuel abrió fuego diciendo: “estoy en el futuro” y (otro) en el “pasado caciquil”.
Se avecina pues una contienda fuerte; ojala que no sea de agresiones y que sí sea de debate.
Que la competencia sea para confrontar ideas, programas, compromisos; pero que no enfrente a los candidatos, ni físicamente a los seguidores de ambos, ni a nadie.
En ello tienen casi toda la responsabilidad, tanto los candidatos como los dirigentes de los partidos; si algo grave llegara a ocurrir, a nadie justificaría aquí eso de “yo no fui”.
Aguirre se va del PRI y deja una frase: ni traición ni deslealtad; con ella nos dice que ejerce su libertad de elegir su propio camino.
Para el riguroso que diga que eso es traición, debe recordar que el partido da, pero no da por nada, da porque uno también le aporta cosas como: tiempo, cumpliendo tareas, participando en asambleas, en campañas electorales, en marchas, mítines; o debatiendo, o analizando documentos, dando opiniones, cooperaciones, votos… en fin.
Lo cierto es que no hay ley que impida bailar dos veces a los que hayan sido gobernadores interinos.
El artículo 67 de la Constitución Local dice que sí pueden ser gobernadores otra vez, después de que haya transcurrido un período.
Queríamos democracia, queríamos competencia electoral real, de alta competitividad…pues ahora ya la tenemos.
Ahora… que los guerrerenses decidan.
Bueno, este es mi punto de vista…
¿Y el de usted?

1 comentario:

  1. òjala, todo transcurra, bien, por todos, y que los electores, nos pòngamos abusados, con lupa anàlizando, la vida y obra de todos y cada uno de los contendientes, ademas de que hàgamos efectivo, el lema de demandar a quienes no han cumplido (lease funcionarios pùblicos) por comisiòn, por comisiòn por omisiòn, o por negligencia, los màndatos que protestaron cumplir y hacer cumplir a cabalidad cuando
    se les otorgaron, que es lo que nos hace falta hacer valer al pueblo.

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