MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo

*** La novela de Añorve

El día de ayer, el futuro candidato del PRI al gobierno de Guerrero, Manuel Añorve Baños, al ser entrevistado en un noticiario radiofónico, habría relatado como obedeció con fe ciega al ahora precandidato de la alianza Guerrero nos Une, Ángel Aguirre Rivero, cuando éste fungió como gobernador del estado.
Palabras más, palabras menos, el ex alcalde de Acapulco y alcalde con licencia de Acapulco, diría que el ex gobernador priísta lo empujó para que participara en la interna de 1998, y que él le entró, pero que le advirtió que René Juárez ya iba bien avanzado, que el panorama estaba muy complicado, y que lo ideal hubiese sido entrarle cinco o seis meses antes.
Después del resultado de la interna, en donde perdió con René Juárez, manifestaría que Ángel Aguirre le llamó para pedirle que se sumara en apoyo al futuro candidato del PRI. Y él, en un acto heroico, digno de un premio nobel, se mantuvo firme en sus convicciones, siendo leal al Tricolor.
Una novela muy conmovedora, pero con verdades a medias. Por lo menos para quienes hemos seguido la pista de los políticos guerrerenses en los últimos 15 años.     
Manuel Añorve, hay que decirlo, como un buen grupo de políticos, habla de lo que le conviene. No culminó su melodrama completo, le faltó añadir que después de sumarse supuestamente a René Juárez, fue recompensado con una diputación local y una federal, ambas por la vía plurinominal.
En el caso de Ángel Aguirre, el ex alcalde de Acapulco y alcalde con licencia del mismo municipio, intenta vender la idea de que se ha quitado el yugo del ex gobernador, tal vez para estar en sincronía con los festejos del bicentenario de la Independencia.
Pero en ese intento, dicho sea de paso, olvidó que fue Ángel Aguirre quien lo hizo secretario de finanzas del gobierno del estado y después alcalde de Acapulco. Y lo otro, no era un niño para no saber que hacer. ¿A poco no deseaba ser gobernador desde 1998? Seguramente la idea no le de$agradaba. 
Y para ponerle la cereza al pastel, como vende su imagen de un político leal y de convicciones, cuando él perdió en una interna, siendo evidente que a Ángel Aguirre le hicieron el agandalle, puesto que en los círculos políticos siempre se supo que era éste quien encabezaba todos los sondeos de opinión.
No se sabía de una sola encuesta en la que perdiera Ángel Aguirre. En todas estaba muy por encima de todos los aspirantes, incluidos los de otros partidos políticos. 
De todo lo que dijo ayer Manuel Añorve, una cosa es cierta, él tiene su propia historia. Pero en ella incluye solamente lo que le conviene difundir para bien de su proyecto político. Pero poco creíble, para quienes hemos sido testigos de la historia. Esa es la cuestión.

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