PECATA MINUTA

Por Rogelio Gómez Mejía

LA CORTE SE ACORTA …CON LOS FUEROS!

“Una tras otra…tras otra!
Ya es tiempo que los insólitos Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación pongan en claro el espíritu constitucionalista que debe regirlos, en cuando menos 8 de 3 que decidieron desechar la revisión del fuero militar integrado en la sentencia de sus colegas de la Corte Internacional de Derechos Humanos (COIDH) que condenó al Estado Mexicano por la desaparición forzada del guerrerense Rosendo Radilla Pacheco desde 1992 a manos de un escuadrón de militares en acciones de la llamada “guerra sucia”, muy parecida a la “guerra esbozada” de ahora.
El resolutivo de la Corte Internacional a la que México está suscrito, precisa que los jueces deben garantizar que el personal militar acusado por delitos en contra de civiles, sean juzgados en un tribunal del fuero civil, cuestión que ordena nuestra Constitución Política en su artículo 13, donde precisa que los delitos de militares serán enjuiciados por autoridades del fuero militar y de éstos con paisanos por las autoridades civiles.
Esta garantía, así como las puntualizadas en los artículos 14, 16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22 si nos apuran, desde que empezó la “guerra (sucia) contra el narcotráfico”, ha sido ignorados olímpicamente en acciones supuestas o reales de combates, pretexto sobrado para que los militares excedan sus funciones indiscriminadamente, ante la solapada actitud e irresponsabilidad de Ministerios Públicos, procuradurías, jueces, policías, gobernadores, alcaldes y gobierno federal que deben velar por que se cumpla esta jurisprudencia y no lo permiten a menos que sea un clara admisión de un estado militarizado.
Sin embargo 8 de los once Ministros de la Corte, igual que otras ocasiones, ante la sentencia de la COIDH desviaron su votación contra el proyecto del Ministro José Ramón Cossío Díaz, relativo a que los militares sean juzgados fuera del marco castrense cuando agravien a civiles (cómo ya ha sucedido en muchos casos), proponiendo que el poder judicial acatase la sentencia de la COIDH, referente a la desaparición en Atoyac de Álvarez desde 1992, del guerrerense Rosendo Radilla Pacheco a manos de militares en otro de los inconstitucionales “retenes”, como parte de las acciones de la “guerra sucia” que lo motivó, pero que, según la acuciosa interpretación de los irrestrictos abirretados togados; “el procedimiento dejo de lado la resolución, pues el proyecto fue más allá del análisis de procedencia”. Es decir coleguitas, los oigo, pero los ignoro por no hablarme con propiedad, vamos!
No se sabe si en esta ocasión hubo “maiciada” o algo semejante, pero ha destacado en los últimos y gravosos tiempos que los Ministros con supremo poder judicial han apuntado resolutivos cargados de retórica que a nadie han satisfecho por o contra lo exentado, como en los casos de los amparos promovidos por la mamá del menor abusado del Instituto San Felipe de Oaxaca, el de la señora Isabel Miranda de Wallace, el de los 44 mil trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, y controversias como la del procurador Arturo Chávez, y el ignorado resolutivo sobre las despectivas expresiones del Cardenal Juan Sandoval Jiménez por el conflicto de la adopción de niños a parejas del mismo sexo!
En fin, que la confundida población no sólo trata de comprender como las autoridades gubernamentales tratan de hacerla comulgar con ruedas de molino al pintarle un casi paradisiaco sistema de vida, donde sólo hay acciones de terror, campañas de miedo, falta de empleos e injusta repartición de la riqueza, sino que ahora los ensoñados Ministros, que no la Suprema Corte, pretende convencernos que una cosa son las garantías constitucionales y otra muy distinta la forma de aplicarlas, o no?
BALA PERDIDA.
A pesar de que la Secretaría de Estado norteamericano, Hillary Clinton al frotarse las manos, no pudo disimular sus pretensiones expansionistas al declarar que “el narco en México está como en Colombia en 1990 y sus carteles muestran índices de insurgencia al controlar ciertas partes del país que se extiende en Centroamérica, además de la aparición de “coches bomba”, por lo que Estados Unidos se prepara para acudir en su ayuda”, y del matiz obligado del secretario de estado adjunto Arturo Valenzuela y del Zar Antidrogas, Gil Karlikowski, es innegable la multiplicación de comandos de la muerte y del terror desde la guerra contra la narcodelincuencia del presidente Calderón, que más bien parece por dinero o por venganza, digo!.

1 comentario:

  1. hay señor se me hace que usted esta senil, pues no se le entiende, sea màs claro.

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