APUNTES DE UN VIEJO LÉPERO

Por Jeremías Marquines  

El jefazo

Los candidatos  a gobernador de Guerrero Ángel Aguirre y Marcos Efrén Parra, ganaron el debate entre candidatos a la gubernatura de Guerrero que organizó el Instituto Electoral del Estado de Guerrero (IEEG). El gran perdedor fue el aspirante priísta Manuel Añorve quien se achiquitó aún más frente al “jefazo” Ángel Aguirre. Pero además, frente a miles de televidentes se exhibió como el verdadero golpeador y promotor de la guerra sucia que tanto ha dañado el proceso electoral de este estado.
Añorve no pudo aguantar la presión que le infundió la imagen de Aguirre y frente a las cámaras de televisión evidenció su nerviosismo y sus complejos. Las y los guerrerenses fueron testigos de un Añorve que parpadeaba más que un semáforo descompuesto, bebía agua porque se le resecaba la boca, hacía movimientos para relajarse, las ojeras se le hicieron más grandes en el poco tiempo que duró el duelo, le sudaba la espalda y la calva. Estaba pues, achiquitado, aplastado, desnudado y desarmado.
Marcos Parra tuvo una participación que lo reivindicó; el hombre se aplicó, hizo un buen desempeño pero no ganó por el simple hecho de que él no está en la competencia. La competencia es entre dos. Pero hay que reconocerle al panista su esfuerzo por defender su dos por ciento, un dos por ciento que se va a desperdiciar porque el PAN no tiene ninguna posibilidad de ganar.
Marcos Parra fue directo al señalar las mentiras de Añorve: lo falso y vacío de sus propuestas; su discurso demagógico y trinquetero. Nada de lo que propone lo cumplió en Acapulco. Lo malo de Marcos fue que leyó mucho, casi todo lo que dijo. En la parte de la reforma del Estado pareció por momentos que estaba leyendo un punto de acuerdo del Congreso por lo plano y lo monótono del texto leído. Trató de sacar ventaja del enfrentamiento de los dos candidatos punteros pero no lo logró, más bien Ángel Aguirre no le dio la oportunidad porque Aguirre no le entró al juego de los dimes y diretes que esperaba Marcos Efrén y el mismo Añorve.  Por esta razón el candidato panista no pudo colocarse donde quería. No se sintió cómodo. Su postura fue muy rígida, de por sí así es él, muy tieso, demasiado formal y eso no proyecta bien. Pero le pegó sendos madrazos al priísta.
Añorve Baños por su parte, recurrió a lo que ya todos sabían que haría. Choky, como cariñosamente se le conoce al priísta, es un disco rayado. Llegó al debate a tratar de afianzar sus mentiras, a insistir en las patrañas, en la calumnia y la difamación. Es obvio, el hombrecito no tiene nada qué ofertar. Él mismo reconoció que es un mentiroso. Hubo un momento en el que al tratar de atacar a Aguirre se le chispoteó la memoria y dijo: “él también miente”; reconociendo de hecho que él es el principal mentiroso.
El candidato de la coalición Tiempos Mejores se mostró como un vulgar peleador callejero. Frente a las cámaras exhibió parte de la propaganda sucia con la que tiene inundada la red de internet. Mostró una fotografía de Félix Salgado y dijo, sin ningún rubor, sin ninguna pena, una gigantesca mentira. Aseguró que es asesor de Aguirre, cuando todos saben que Félix ni siquiera ha participado en ningún acto proselitista porque es director del periódico La Jornada Guerrero. Asimismo, mostró rápidamente una cartulina con una barritas pintadas de rojo que, según dijo eran estadísticas de la Comisión de Derechos Humanos. Pura propaganda sucia. Lo único que le faltó mostrar es la portada falsa de la revista de banalidades, TV-Novelas, donde aparece un fotomontaje que mandó a hacer de Aguirre recibiendo una felación y que distribuyen desde hace dos días.
Hipócrita y vil, el candidato priísta habló de respeto a la libertad de expresión. Mientras unos minutos antes, el periodista y corresponsal de La Jornada Misael Habana lo acusaba de haber gestionado que la empresa MVS le cancelara arbitrariamente un programa de noticias que tenía a su cargo. El Choky pidió a los mafiosos de MVS la cancelación de este programa porque Misael ha sido un periodista crítico (uno de los poquísimos) con la campaña priísta. Y es que el Choky se jacta de tener el control absoluto de la mayoría de la prensa local. Esa es la mejor demostración del atraso y la vileza de la prensa guerrerense. Una prensa priísta y sinvergüenza que promueve la corrupción y la degradación de oficio periodístico.
La actitud despreciable de los empresarios corruptos de los medios de comunicación como la escoria de Mario Bustos García, concesionario del diario Novedades de Acapulco y cuya mujer está como directora del Catastro de este municipio. Una escoria que utiliza un medio como pasquín para difundir la propaganda añorvista. El mismo calificativo es para Alonso de la Colina, un amanerado locutor que a punta de chantaje y zalamería ha hecho un emporio y que ahora lo pone al servicio de la vileza y la violencia priísta. Directivos y medios que, en esta campaña, le han cerrado los espacios a al candidato de la Coalición Guerreo nos Une, Ángel Aguirre. Por ejemplo, el tal Alonso de la Colina sólo transmitió información de Añorve luego del debate y sus reporteros sólo recogieron impresiones de los empleados del ayuntamiento de Acapulco que están comisionados en la campaña priísta.
Sin embargo, pese a todo el montón de basura que llevó para defenderse y atacar a Aguirre. El pequeño candidato priísta se arranó más. Es tan pequeño que pidió al IEEG le pusiera un banquito para estar a la altura de Aguirre y de Parra. Quiso hablar de lealtad cuando todos saben que él traicionó a Ángel Aguirre, quiso hablar de propuesta como el fertilizante gratis y la quita de la tenencia vehicular cuando esas propuestas ya fueron desinfladas porque no tienen respaldo presupuestal. Llegó al debate a decir mentiras y a lanzar mierda contra los otros candidatos. Y aunque salió del debate derrotado, salió a decir, arropado por estos medios de comunicación mezquinos y alcahuetes, más mentiras.
Diferente, fue el caso de Ángel Aguirre. Un candidato que no necesita de comparsas ni de alcahuetes a su alrededor. Vestido impecablemente de blanco (el choky y Parra vistieron trajes oscuros), su imagen dominó el espacio visual. Conciso en sus propuestas y certero en sus señalamientos, centró su estrategia en comunicar logros y propuestas a la sociedad civil. Llamó a todos a votar el 30 de enero. Condenó la violencia priísta contra Guillermo Sánchez Nava al que una horda de pandilleros contratados por Añorve lo golpeó salvajemente hasta dejarlo medio muerto.
Pero lo más destacado fue la humillación que le propinó al hombrecito de las mentiras cuando le dijo, para mostrar lo rastrero e incongruente que es: hace unos meses “a Zeferino (gobernador de Guerrero) le decías jefazo, como antes me decías a mí”. Con esta sencilla frase, Ángel Aguirre lo noqueó. Lo colocó en el lugar en que le corresponde: muy abajo donde anidan las bajas pasiones.
En resumen, Manuel Añorve fue tundido y exhibido por sus mentiras y lo guango de sus propuestas. Quedó demostrado que es un candidato perdedor porque, como él mismo dijo: “sólo los que van abajo recurren al golpeteo y la guerra sucia”. Y eso precisamente fue lo que hizo durante todo el debate: golpear y enlodar con infamias a sus oponentes. Aguirre y Parra ganaron porque mostraron civilidad y propuestas, porque se opusieron a la mentira priísta y condenaron la violencia y las patrañas.
LA CONTRA:
Por cierto, en la propaganda sucia que difunde Añorve donde se ve que a Ángel Aguirre le están haciendo una felación, no se ve la imagen de quién es el que está abajo del jefazo. Bueno, ahí se los dejo a su criterio pero es alguien que usa un banquito.