PACATA MINUTA

Por Rogelio Gómez Mejía

EN LA IMPÍA GUERRA SOLO MUEREN CIVILES

“Cuando el tecolote canta, el indio muere”.
Ya no queda la menor duda de que en la cruenta “guerra” del presidente designado Felipe Calderón Hinojosa propositivamente contra la delincuencia organizada y más destacadamente contra los narcotraficantes, hay “mano negra” de factura no tan disfrazada por recordar la huella profanadora del no tan extraño enemigo vistos los inexplicables resultados de muchas de las acciones conocidas donde valientes activistas al protestar por la extraviada agresión de fuerzas policíacas o militares, son atacados despiadadamente, secuestrados en impunes “levantones” y ejecutados sanguinariamente más como advertencia que como venganza por levantar la voz y el puño frente a indolentes autoridades, como en la mártir Ciudad Juárez donde crueles asesinos acosan, persiguen y matan delante de todo mundo, sin que el incompetente gobernador de Chihuahua, priísta César Duarte intente algo, demostrado con su pusilánime silencio su sumisión y la de todos sus subordinados a los designios encubridores de la PGR y sus Policías, la afasia de las fuerzas militares y la de diputados, procurador, agentes y el desdén del gobierno federal.  
No ha bastado la repetida denuncia de civiles masacrados en confusos enfrentamientos de federales y militares contra supuestos o reales narcotraficantes, delincuentes o sicarios que bien podrían ser mercenarios al estilo “blackwater”, ex –soldados o agentes despiadados de acá, porque no, y de allende el Bravo también, que caen en “daños colaterales” por refriegas inesperadas en todos los puntos cardinales del país, y que deberían operar de plano tras un decreto de suspensión de garantías mínimo, como responsabilidad del estado por la obligación que tiene de proteger la viuda y seguridad ciudadana, es decir, por confusiones, ni un muerto más, ya no más sangre inocente derramada.
Pero por el contrario, todavía está fresco en la memoria el crimen a sangre fría de la luchadora social y víctima de éste sistema, Marisela Escobedo Ortiz, quien protestaba frente a palacio de gobierno en Chihuahua por el encubrimiento liberador de Sergio Barraza Bocanegra, secuestrador y asesino de su hija Rubí Marisol Freyre, cuando fue perseguida, alcanzada y ejecutada de un balazo en la cabeza frente a guardias y transeúntes del lugar, y al siguiente día la jauría asesina se lanzó sobre la maderería de su pareja Jorge Monje pero al no encontrarlo la incendiaron y se llevaron con lujo de violencia a su hermano Arturo al que mataron a balazos después.
Nada ha pasado desde entonces y antes, con otros sacrificados como los estudiantes del Tecnológico de Monterrey, crímenes aún impunes; pero Juárez no espera más, ahora asesinaron primero a Josefina Reyes Salazar el pasado 3 de enero por demandar al ejército que secuestro a su hijo Miguel Ángel quien apareció pero encarcelado en Tamaulipas, enseguida fue acribillado su otro hijo César y luego a su hermano, el también Regidor perredista, Rubén ejecutado en Valle de Juárez donde sostenía una manifestación contra las fuerzas armadas por las represalias contra la familia de panaderos, quienes mantenían un campamento de protesta en aquel lugar, junto con sus otros hermanos, María Magdalena, Elías y su esposa Luisa Ornelas Soto, “levantados” apenas el pasado 7 de febrero violentamente por un comando de numerosos hombres que vestían “como soldados” y llevados con rumbo desconocido provocando protestas en todo el país exigiendo al ejército investigue la responsabilidad de sus militares, para enseguida aparecer los cadáveres de los Reyes Salazar “desaparecidos” y encontrados muertos y exhumados en lejano paraje por las milicias, curiosamente con mensajes acusándolos de “halcónes” de algún cártel como en el justificante y mediatizador programa del “canal 2 de las estrellas” la “Rosa de Guadalupe”. Lo dicho, sin duda “hay mano negra”.
BALA PERDIDA.
Y ahora, para descrédito de las sobradas instituciones de seguridad del país, atracadores supuestamente con credenciales apócrifas de la AFI y de la PGR, balearon el auto diplomático y blindado de los agentes de la “Inmigration and Customs Enforcement” (ICE) migración estadounidense Jaime Zapata muerto y Carlos Aviles herido, interceptados por la carretera 57 de San Luis Potosí a Querétaro por unos 15 sicarios que los alcanzaron y bloquearon, según la confusa información, encabezados por Julián Zapata Espinoza “el piolín”, apenas liberado como presunto miembro de los “Z”, y ya detenido, lo que desató impresionante rastreo de agentes del FBI apoyados por elementos federales. Amaga un nuevo fenómeno Camarena?…O sea, ves?

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