Acribillan a anciana y a 2 niños en su casa

* Su hija y una bebé, resultaron heridas

Acapulco, Gro., marzo 15 de 2011 (IRZA).- Dos niños de 2 y 7 años, y su abuela, de 70, fueron acribillados por un comando armado en su vivienda, en la colonia Simón Bolívar, en esta ciudad.
En el ataque también resultaron heridas de gravedad una bebé de 3 meses de nacida y su madre, de 23 años.
Versiones de los vecinos detallan que a las 8:30 de la mañana de este martes, dos grupos antagónicos del narcotráfico se enfrentaron a balazos en las inmediaciones de la terminal de camiones pasajeros de la ruta Hospital-Zapata, en esa colonia.

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Después del enfrentamiento, un comando de hombres armados se dirigieron a la casa ubicada en la calle Ayacucho, manzana 27, lote 2 de la colonia Simón Bolívar.
Los hombres abrieron fuego contra la casa de madera y lámina de cartón y sus moradores.
La abuela de los niños, Carmela Benítez Mejía, intentó proteger de las ráfagas a sus nietos y tirándose al piso, la imagen final fue aterradora, la mujer muerta quedó abrazando los pequeños cadáveres de Juan Uriel y su hermano Daniel.
La hija de la anciana Carmela Benítez Nava, y madre de los dos niños asesinados, Beatriz Villa Benítez, de 23 años y su bebé de tres meses de nacida, quedó gravemente herida también tiradas en el suelo de la casa.
Los vecinos solicitaron el auxilio a la Cruz Roja, y al lugar arribaron paramédicos trasladaron a la joven madre y a su bebé, Beatriz Villa, heridas de gravedad a un hospital para que recibieran atención médica.
Afuera y dentro de la casa fueron encontrados por lo menos 200 casquillos percutidos de rifles AK-47 y AR-15, además de pistolas calibre 9 milímetros.
Otra vivienda de madera y lámina y cartón también resultó con decenas de impactos de bala.
El lugar fue acordonado por elementos del Ejército Mexicano y elementos policiacos de los tres niveles de gobierno.
Los agentes del Ministerio Público del Fuero Común, Josefina Francisco Campos y Alejandro Blas Ocampo, se encargaron de realizar las diligencias y ordenaron el traslado de los cuerpos al Servicio Médico Forense, donde les practicarían la necropsia de ley.