Agandalle de la vía pública

Por Jorge Luís Falcón Arévalo

Atoyac de Álvarez.- Arrinconado tiene el comercio ambulante al cabildo en pleno, porque cada día éste crece en las calles aledañas a la iglesia y zócalo de la ciudad, casando con ello molestias a los peatones. Ello debido a que las banquetas y calles son usadas para la vendimia de todo tipo de artículos, verduras y frutas. No tan solo comerciantes de la región, sino de otras entidades federativas.
Mientras mini empresarios del dulce y golosinas que siempre han estado vendiendo en el zócalo, hoy pretenden sacarlos del lugar y ubicar a otros. “les han de dar dinero de más, nosotros porque somos atoyaquenses y sabemos lo que debemos de pagar, señalaron.
Micro empresarios de frutas, y mercancía extranjera, se han apostado en diversos puntos de las calles aledañas al centro de la ciudad, lo mismo que en la avenida principal, ante el beneplácito del director de Reglamentos, dice una enojada minorista.
Precisan que “el agandalle de la calle y banquetas es una constante de éste gobierno, hoy vemos que no hay respeto para los dueños de casas o edificios; lo mismo que hay otros que se instalan en las puertas de los negocios y ello contraviene la Ley, misma que el ayuntamiento viola y omite la aplicación, dice un propietario de un inmueble de rancio abolengo en la ciudad.
“Las mochadas al jefe de reglamentos han de ser bondadosas”, señalo de manera quisquillosa un abogado. Por otro lado un sastre, pero que se desempeña en una oficina burocrática manifiesta “Atoyac debe cambiar, debe dejar limpias sus calles; pero, por lo que vemos, el comercio ambulante tiene arrinconado al alcalde Bello Gómez, bueno es un decir, porque éste no vive en la ciudad”.

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