MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo

*** Solo por hoy. A cada día le bastan sus problemas.

Tengo la fortuna de contar con amigos que están apegados al programa de alcohólicos anónimos, por sus siglas “AA”, en donde han encontrado la ayuda para controlar esa enfermedad que es crónica, progresiva y mortal, llamada: alcoholismo. Esa que no respeta, ni edad, sexo, religión, ni posición social.
En sus agrupaciones, según lo que me han dicho, trabajan con un método apegado a principios, pasos y tradiciones. Dentro de su literatura, recuerdo un axioma que deseo compartir con ustedes: “Solo por hoy”. Es decir, el alcohólico que está apegado al programa de doble A, aprende que no debe pensar en el pasado, ni en el futuro. Su reto, es así de simple (en palabras, porque en hechos estará demasiado complicado), mantenerse sobrio “solo un día a la vez”.
“El solo por hoy”, me recuerda aquella anécdota que encontré en un libro de superación personal, cuyo nombre escapa a mi memoria, en donde se plantea que el ser humano no alcanza muchas veces el éxito o las metas que se plantea, porque el equipaje que trae cargando es demasiado pesado.
Así es, la persona es muy dada a cargar toda la vida con tres maletas. Una de ellas llamada pasado. Y ahí están acumulados los triunfos pasados y los fracasos que más le hicieron daño. Esa maleta, trae muchas veces, rencor acumulado hacia los semejantes. Deudas por lo que tal vez se pudo hacer y no se hizo. Esa maleta, definitivamente, no debería irla cargando el ser humano. Como dice la canción de José José, “Ya lo pasado, pasado”.
La segunda maleta, es el denominado futuro. En ella, se está pensando cotidianamente sobre lo que pasará mañana, en un mes, en un año o el resto de la vida, si es que se vive tanto. Se piensa en los bienes que se han acumulado. En que va a pasar con los hijos. En fin, preocupa tanto lo que va a suceder al día siguiente. Con relación a esto, traigo a la mente, aquella parábola que se encuentra en los evangelios de la biblia, en donde el hombre trabajó tanto, tanto, que un día decidió hacer un granero más grande para guardar sus cosechas y vivir cómodamente el resto de sus días. Ya no lo disfrutó. Al día siguiente, dice la sagrada escritura: murió.
La tercera maleta del equipaje, es el día de hoy. Es la más importante de todas y la única que debería cargarse. ¿Qué hacer hoy por mis hijos? ¿Qué hacer hoy en mi trabajo? ¿Qué hacer hoy con mis amigos? ¿Qué hacer hoy con mis padres? ¿Qué hacer hoy con las demás personas que nos rodean? Hay autores que recomiendan, vivir el día de hoy, como si fuera el último de nuestra existencia. Si así lo hiciéramos, tal vez daríamos lo mejor de cada uno de nosotros. Con esa maleta, la del hoy, en el hombro, seguramente llegaríamos más lejos en los objetivos trazados.
El tema del “hoy”, también importó al humilde carpintero que vino al mundo hace más de dos mil años. En el evangelio de San Mateo, encontramos que Jesús dijo: “No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas”. De aquí, seguramente, quienes fundaron doble A, podrían haber tenido la idea del “solo por hoy”. Esa es la cuestión.
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