MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo

*** La beatificación de Juan Pablo II.

El próximo primero de mayo será beatificado el Papa Juan Pablo II, acto que para muchos, por su rapidez, en cuanto al procedimiento, está plenamente justificado porque existe la percepción de que su vida estuvo llena de santidad.
Por su constante contacto con los países de éste mundo, en sus más de 125 viajes pastorales, en donde visitó los cinco continentes, la gente le recuerda como un verdadero apóstol de Cristo.   
Como se recordara, su muerte, acontecida el 2 de abril de 2005, fue motivo de luto mundial. Millones de personas estuvieron al pendiente del delicado estado de salud del pontífice hasta que su estancia en éste mundo culminó. Los medios de comunicación del planeta estuvieron en ese momento histórico y llevaron la señal en el instante en que se dio el deceso, de aquél humilde pastor, al que llamaban el Papa viajero.
Juan Pablo II dejó huella en su paso por éste mundo. Para la inmensa mayoría de los fieles católicos se convirtió en un modelo y símbolo de esperanza. Muchos recuerdan el atentado del que fue víctima y de cómo apegado al mensaje evangélico perdonó a su agresor. Aquí se recuerdan sus visitas pastorales, en donde se autodefinió como profundamente “Guadalupano”.
El procedimiento para iniciar la búsqueda de la beatificación, normalmente comienza después de cinco años del fallecimiento de a quien se pretende otorgar tal distinción. En el caso de Karol Wojtyla, nombre de Juan Pablo II, se pidió al Papa Benedicto XVI concediera la dispensa del plazo, situación que fue aceptada, por lo que el 13 de mayo de 2005, a un mes y 11 días de su defunción, el Cardenal Camillo Ruini, Vicario para la ciudad de Roma, dio formalmente por iniciado el proceso de beatificación.
El 2 de abril de 2007, dos años después de su muerte, se dio por finalizada la fase diocesana del proceso de beatificación. En ese tiempo se reunieron todos los testimonios sobre su vida y los presuntos milagros, destacándose el de la monja francesa Marie Simon Pierre, quien asegura que se curó de la enfermedad de Parkinson gracias a la intercesión de Juan Pablo II, que había fallecido dos meses antes.
La Santa sede estudió todos los argumentos y ha emitido el decreto, por medio del cual, a partir del primero de mayo, Juan Pablo II será declarado formalmente Beato, día en que seguramente, habrá celebraciones por todo el mundo.
Lo que sigue, después de la beatificación, para que éste alcance el rango de la canonización, para darle la investidura de santo, es que se registre la presencia comprobada de un milagro atribuido a la intercesión de Juan Pablo II.
Ahora bien, éste importante hecho para la Iglesia católica se inscribe en un momento muy especial, sobre todo por los múltiples ataques que se han venido vertiendo en contra de ésta, en donde se ha ventilado la conducta antimoral de algunos de sus ministros, especialmente de aquellos que han cometido el delito de pederastia.
En ese sentido, la beatificación de Juan Pablo II, se apreciaría como una medida tomada por el Papa Benedicto XVI a efecto de desviar la atención hacia el hombre que más influencia ha tenido al seno de la Iglesia Católica en las últimas décadas. Y a quien, por vox populi, miles ya aceptarían como un santo.
Es ahí pues, que Benedicto XVI se estaría poniendo bajo la intercesión de Juan Pablo II, a efecto de que éste, le ayude en esa tarea de limpiar la Imagen de la Iglesia Católica, que ha sido severamente golpeada en los últimos años, ante los yerros humanos de algunos de sus sacerdotes.
La propuesta parece clara: La iglesia no es solamente pederastia. Tiene hombres que hoy son elevados a los altares, como en breve ocurrirá con Juan Pablo II. Esa es la cuestión.
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