A punto del llanto, se despide Zeferino del gobierno

**Agradece a Héctor Astudillo la amistad construida a pesar de la disputa electoral de 2005

SNI, Chilpancingo 31 de marzo. La lágrima asomó en los ojos de Zeferino Torreblanca Galindo a pocas horas de que terminara su mandato constitucional.
La voz se le quebró al agradecer al presidente capitalino, Héctor Astudillo Flores, haberle permitido consolidar una amistad sólida y duradera, a pesar de la cerrada competencia electoral que protagonizaron en 2005.

“Hace seis años, nunca imaginé que estaría acompañándolo en su última gira de trabajo y en el último día de su mandato”, dijo Astudillo Flores a quien desde las 00 horas del primero de abril asumió el carácter de ex gobernador, el primero no emanado de las filas del PRD en Guerrero.
Condescendiente, reflexivo y sereno, Astudillo no tuvo ningún empacho en reconocer que hace seis años, tras la derrota electoral que le propinó Torreblanca Galindo, tomó la determinación de reconocer abiertamente el resultado que le era adverso, con todo el sentimiento que ello implicaba.
“Cuando iba camino a reconocer el triunfo de usted, hubo un compañero de partido (del PRI), que me encontró y me preguntó qué haríamos, le informé que iba a reconocer el resultado y me preguntó por lo que íbamos a negociar, le dije que nada y que si no quería que no me acompañara…ese compañero ahora anda por ahí, buscando chamba entre los que van a entrar”, dijo en tono socarrón el primer edil.
Habló sobre el sentimiento que genera una derrota y la tentación de generar conflicto cuando se tiene una votación alta, pero también de la madures que se alcanza cuando se asumen los resultados con responsabilidad.
A seis años de distancia, Astudillo señaló que la vida y Dios han sido generosos con él, por lo que asumió; “nunca esperé poder acompañarlo en su última gira, ahora puedo decirlo con mucha sinceridad, que hemos construido una amistad verdadera”.
El discurso del primer edil tuvo una repercusión inmediata en el gobernador, quien tuvo que acortar la intervención en el acto inaugural de la planta tratadora de aguas residuales de Chilpancingo.
“A partir de este primero de abril, entraré en un ostracismo forzado, pero yo sigo estando  convencido de que la política no es solo un intercambio de falsedades ni retorica vana, yo siempre me asumí como un político atípico”, inició.
Asumió que cometió muchos errores y que en algunos momentos pudo haber parecido ingenuo, sin embargo, destacó que siempre se aferró a dialogar con seriedad y con transparencia, sin pretender generar falsas expectativas.
Al referirse al trato que recibió del coordinador de los alcaldes priistas, Torreblanca Galindo apuntó; “creo que no solo hemos hecho una política de altura, sino que hemos podido construir una amistad sincera que valoro en toda su dimensión, te lo agradezco a ti, a tu distinguida esposa y tus hijos, el que me hayan ayudado a hacer un mejor esfuerzo por Chilpancingo”.
La voz se le quebró, el rostro enrojeció y parecía que dejaría caer gruesas lágrimas, por lo que decidió dar por terminado su discurso; “mi agradecimiento por siempre Héctor, lo digo como gobernante pero sobre todo como amigo”.