Por Lic. Yeshica Esmeralda Melo Sánchez
Un angustioso problema se presenta ante las grandes aglomeraciones urbanas y es la dificultad creciente que los ciudadanos tienen en ponerse en contacto con la naturaleza: tierra, aire libre, deportes y sano esparcimiento para la familia. La capa espesa de edificaciones que cubre a la ciudad separa cada vez más a sus habitantes de lo que siempre había sido el ambiente natural del ser humano y nos coloca en condiciones de vida completamente anormales para la especie humana.
Si observamos lo que sucede en el desarrollo de Acapulco que no está sometido en su crecimiento a un plan de conjunto bien establecido y planeado,veremos lo siguiente: el nucleo de la gran ciudad crece al compás de la marcha de los negocios y de los intereses materiales de Acapulco. Estos intereses son los que rigen dicho desarrollo: los ciudadanos, en plena actividad turística y comercial, resuelven de acuerdo con sus instintos los problemas de urbanización, o sea cubriendo con edificios de renta o venta el mayor espacio posible del terreno de que disponen. Paralelamente, crecen los núcleos suburbanos de la ciudad según disposiciones a menudo mezquinas y confusas y, en todo caso, adaptadas a sus simples intereses. De este modo viene a formarse una barrera impenetrable de edificaciones en torno de la gran aglomeración urbana. Consecuencia de todo ello es que llegan a faltar completamente las condiciones de zonas abiertas y áreas verdes en el interior de la población y, lo que es tal vez peor, las salidas de la ciudad al campo se hallan completamente obstruidas. Un cinturón ahoga la gran ciudad, que en su zona interna ya carecía de „espacios libres“, „pulmones“ de la población. Y sin embargo, estos „espacios libres“ en los cuales las „áreas verdes“ pudieran alcanzar una proporción conveniente, son impresindibles en una gran ciudad. Nuestro reglamento municipal como los de todo el mundo exigen una proporción, fijada por los expertos, de „espacios abiertos“ en general, en el interior de las viviendas que se construyen. Un criterio écologico urbano parecido debe regir para la gran vivienda que es la gran ciudad. Y a la proporción de espacios libres debe unirse la exigencia de una masa vegetal, capaz de absorver los productos de las combustiones-animales e industriales- que en la población se producen, devolviendo al aire viciado la oxigenación necesaria. Un tema diferente pero muy ligado a los espacios públicos es el consumo de drogas en los adolecentes, pero muy frecuente hoy día en los niños, el consumo de drogas, legales e ilegales, constituye un problema de salud pública muy importante, son alarmantes las cifras que muestran las instituciones de salud, con respecto a que cada vez son más niños y sobre todo más jóvenes cuando comienzan a hacer uso de las drogas: Empiezan a drogarse a edades más tempranas que van entre los 10 o los 12. Para los 10 y los 14 años constituyen un nuevo mercado para las adicciones, y desde esa edad usan inhalantes, cocíina, metanfetaminas y heroína. Como padres de familia debemos actuar ya, y comenzar a hablarles de manera más amplia y abierta, claro dependiendo de la edad de los hijos, sobre la droga y sus efectos. Tal vez algunos padres crean que no es adecuado hacerlo, otros que no es necesario por que es imposible que sus hijos tengan relación con sustancias ilegales y otros ni siquiera saben como hacerlo o les da miedo hablar con sus hijos sobre el tema. Los tiempos han cambiado, nuestros hijos no crecen y se desarrollan como los niños de antes, asimismo el ambiente familiar ya no se da igual que en el pasado, por lo tanto hay que dejar a un lado todas esas ideas que nos obstaculizan el contacto con los hijos y no tener que esperar hasta el momento en que piense que su hijo tiene un problema, para poder actuar. Hableles a sus hijos sobre el tema y mantenga una constante y abierta comunicación con ellos, el consejo oportuno y la plena comunicación con ellos ayudará a prevenirlos y detectar si su hijo consume drogas. En el desarrollo de estos planes hay que conceder la más alta importancia a la creación de lugares destinados exclusivamente a la infancia y a los juegos de la juventud y es precisamente en este rubro en que los gobiernos juegan un papel fundamental en la construcción de parques públicos para la niñez y la juventud. En la presente administración municipal y en coordinación con el gobierno federal se han atendido como nunca antes la construcción y remodelación de los parques públicos tan necesarios e importantes, solo en el Coloso en el parque de las Torres se destinaron más de 7 millones de pesos para su construcción en dos etapas, además que este año prevé el Dr. Añorve entregar al menos 50 nuevos espacios de recreación, deporte y esparcimiento familiar, al igual que 150 techados para canchas y plazas públicas. Como periodista tuve la oportunidad de asistir a este evento que me pareció fundamental en las acciones de un gobierno para apoyar a los jóvenes y a los niños y alejarlos de las tentaciones de las drogas, como madre de tres hijos me emocionó ver la participación de la familia, niños, jóvenes y padres de familia participando en futbol rápido, taekwondo, aerobics, basquetbol, exhibición de salsa y sobre todo en la participación de un comité de vigilancia para la atención y cuidado de sus instalaciones. Acciones como estas nos merecemos los acapulqueños por parte de los gobiernos de los tres niveles, pero como nunca había visto una participación tan dinámica y activa de un gobierno municipal coordinado con el federal, en la atención de los jóvenes y de los niños, no me queda más que felicitar al presidente Manuel Añorve y ojalá y cumpla con los espacios antes mencionados en el tiempo que resta de su Administración.
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