MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo

*** Más politizado el caso Sánchez Nava.

Lo que pasó a Guillermo Sánchez Nava aquella noche de enero, que lo puso al borde de la muerte, es un hecho cuestionable, condenable y reprobable. Por eso, lo peor que puede pasar ahora, es que éste asunto se politice más de lo que ha estado, y que al final de cuentas vaya a engrosar los casos de impunidad que existen en la entidad suriana.
Así es. Transcurrían las campañas electorales cuando sucedió lo lamentable del proceso electoral. El hecho más repudiable. Se daba cuenta de la brutal golpiza que había recibido el entonces representante de la coalición Guerrero nos Une, quien con traumatismos severos tuvo que ser trasladado de emergencia a la ciudad de México, cuya gravedad de las lesiones lo llevaron hasta el coma.
Dada la efervescencia electoral, cuando la dirigencia del PRD, en ese tiempo en manos de Misael Medrano Baza, declaró que Guillermo Sánchez Nava habría sido golpeado por supuestos activistas de la campaña del candidato del PRI, a quienes supuestamente el representante perredista había descubierto quitando propaganda de su entonces candidato y hoy gobernador del estado, Ángel Aguirre Rivero, la respuesta priísta no se hizo esperar, porque evidentemente esto les restaría más puntos en la contienda electoral. Desde la casa de enfrente, se comenzó a difundir la posibilidad de que lo sucedido a Guillermo Sánchez Nava podría tratarse de una auto-agresión, tanto así, que ponían en duda que estuviera hospitalizado con un diagnostico de tal gravedad.
Para colmo de males, se difunde que el alcalde de Chilpancingo, Héctor Astudillo Flores, habría ordenado el retiro del vehículo de Sánchez Nava, lo que perredistas vieron como una acción que podría haber alterado la escena del atentado, por lo que, en respuesta a ello, se apersonaron a la procuraduría a interponer la denuncia correspondiente en contra del edil capitalino.
En ese momento, parecía que más allá de la salud del representante perredista, había actores políticos a quienes les interesaba llevar agua a su molino. Y no era para menos, su futuro político y el de sus bolsillos estaba en juego.
Tan politizado estaba el caso, que tal vez eso ayudó a la procuraduría de justicia para llevársela de a muertito, porque respetando el sello del Zeferinato, no se entregarían resultados en los más de dos meses que estuvieron a cargo de la investigación.
Hoy, una vez en el poder, el nuevo gobierno haría mal, por lo reprobable del caso, en dejar que ese asunto quede impune.
Por eso, si existen denuncias interpuestas con relación al caso, lo más natural es que éstas se vayan desahogando, como hoy sucede con el Presidente Municipal de Chilpancingo, a quien se citó a comparecer.
Sin embargo, Héctor Astudillo acusa una actitud de venganza del actual Gobernador Ángel Aguirre Rivero, a quien señala por usar un doble discurso y hasta de nepotismo en su administración, aprovechando el viaje. Lo cual, no aporta mucho para el asunto para el cual fue citado, pero sí para politizar una vez más, la reprobable agresión cometida a Sánchez Nava.
Héctor Astudillo da a entender que Ángel Aguirre ordenó que lo citaran en la procuraduría, lo cual habría motivado su molestia. Pero, independientemente del enojo del alcalde de Chilpancingo, ¿Qué no acaso si el Gobernador decide dar carpetazo al asunto o suprime procedimientos legales, aunque éstos parezcan de rutina, ahora sí estaría propiciando y promoviendo la impunidad?
En ese sentido, si se cancelan las averiguaciones previas, en aras de concretar una supuesta reconciliación con los priístas, eso enviaría un mal mensaje para la población de Guerrero. 
Si la justicia no tiene color partidista, y dado el reprobable hecho que se investiga, todos los actores políticos debieran estar dispuestos a cooperar. Pero no hacer de esto un ring político.
Los asuntos legales se tienen que atender en los ámbitos de competencia que corresponde. La grilla es solamente grilla. Y lo peor, insisto, es que la impunidad ronde el caso de la agresión a Guillermo Sánchez Nava. Esa es la cuestión.
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