OPINIÓN

Por Manuel Tello Zapata

NADA FÁCIL, TRABAJO DE CODEHUM.
Se dice fácil 22 años, pero es un tercio de la existencia misma del Licenciado Juan Alarcón Hernández, como defensor de los derechos humanos en Guerrero.
El tiempo que lleva Alarcón Hernández al frente de la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos (Coddehum) se presta a polémica jurídica y a cuestionamientos, pero sin duda alguna Juan tiene más consensos que disensos.
Pero lo que se olvida, es que el defensor de los derechos humanos ha tenido que enfrentar –con la ley en la mano- a gobiernos autoritarios y hasta déspotas, también a militares y a torvos policías de distintos rangos que no son alma de la caridad.
Sin embargo, Alarcón Hernández allí está, al frente de la Coddehum, pero él ya quiere dejar el cargo que algunos consideran vitalicio, pero no lo es. Juan, es más que consciente de que todo tiene un ciclo.
Es cierto, Juan acepta su relevo, pero deberá ser en términos de ley, no al capricho de gobiernos autoritarios ni de diputados caprichudos y ocurrentes; de acuerdo con la normatividad.
“Lo he pedido con antelación: que mi salida de la Coddehum sea conforme al derecho, que se cumpla con la ley por cuanto a mi jubilación”, insistió.
Alarcón Hernández, nativo del municipio de Ometepec, es abogado de profesión, fue alcalde de Chilpancingo a la mitad de los años setentas, formó parte de los cívicos que derrocaron al último gobernador militar de Guerrero, Raúl Caballero Aburto.
Durante su gestión como titular de la Coddehum, le ha tocado tratar con los siguientes gobernadores: José Francisco Ruiz Massieu, Rubén Figueroa Alcocer, Ángel Aguirre Rivero (sustituto), René Juárez Cisneros, Zeferino Torreblanca Galindo y Ángel Aguirre Rivero (mandatario constitucional).
De todos estos mandatarios, Alarcón Hernández, considera que los más autoritarios y hasta déspotas, han sido dos: Figueroa Alcocer y Torreblanca Galindo. Mucho tuvo que lidiar el Obdusman guerrerense con estos dos últimos.
UN DESLINDE A TIEMPO.
Más que oportuna la aclaración del secretario general de gobierno, Humberto Salgado Gómez,  quien desmintió que el gobernador Ángel Aguirre Rivero tenga parentesco con una persona de nombre Víctor Aguirre, quien en los últimos días ha aparecido en cartulinas que ha dejado la delincuencia organizada. Los homónimos también provocan graves conflictos.
Por ejemplo, Víctor Aguirre Alcaide, Subsecretario de gobierno para asuntos políticos, NO es familiar del gobernador Aguirre Rivero. Víctor, ex diputado federal perredista, es nativo de la región de la montaña, y Ángel de Ometepec.
También hay un senador -Julio César Aguirre Méndez, perredista-, quien TAMPOCO es familiar del gobernador Aguirre Rivero. Julio, al parecer es de Chilpancingo. El ex entrenador de la selección nacional de futbol, Javier Aguirre, mucho menos es pariente del gobernador de Guerrero.
La aclaración que hace el secretario general de gobierno, Humberto Salgado Gómez, en el sentido de que su jefe el gobernador no tiene NINGÚN parentesco con un señor que se llama Víctor Aguirre, se hace en tiempo y forma para que no existan confusiones entre los grupos delincuenciales.
Con la anterior aclaración, se limpia el nombre del gobernador Aguirre Rivero. En Guerrero, el apellido Aguirre no es tan común, es de origen español (vasco), pero muchos lo llevan, pero eso no quiere decir que todos sean familiares del gobernador.
Dentro del gabinete estatal hay coincidencias por cuanto a apellidos; por ejemplo, el secretario general de gobierno se apellida Salgado (Humberto), pero NO es familiar del secretario de Finanzas, Jorge Salgado Leyva. Humberto, es de Iguala y Jorge es de Chilpancingo. A los dos los conocemos desde hace muuuchisimos años… Punto.
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