Por una sana cultura vial

Por Nuria Peña García

Las ciudades mexicanas se han sobrepoblado, al menos su extensión no es proporcional al número de automóviles, motocicletas y camiones que circulan. Transitar en “horas pico” se vuelve toda una odisea y en las grandes ciudades resulta mejor permanecer inmóvil hasta que termine el embotellamiento.
Nos asedian la pobre infraestructura, los conceptos ineptos de urbanización, la planeación siempre a corto plazo de la ciudad y el total olvido del peatón. Es verdad que no se tenía en mente un crecimiento acelerado de personas y consigo de automóviles.
Si nuestros pavimentos y vías públicas no permiten un tránsito digno ¿Qué se puede hacer entonces? Reconstruir y urbanizar requieren una inversión muy grande y la solución es urgente, no podemos esperar el pasar del tiempo.
Lo que si tenemos al alcance es reivindicar nuestra cultura vial, aprender del caso bogotano que promovió el ex alcalde Antanas Mockus, con la implementación de mimos y payasos ridiculizando la imagen del mal conductor y promoviendo acciones como dar el paso, esperar al peatón y no estacionarse en lugares indebidos.
Los malos humores y retrasos que nos ocasionan los malos hábitos viales no tienen por qué persistir si comenzamos por nosotros mismos. Creemos una “cadena de favores” en la que una buena acción vial la resienta nuestro compañero conductor y que consecuentemente la imite y un tercero la efectúe también; y así sucesivamente.
Podemos hacer un cambio pequeño mostrando a nuestros amigos y familiares esta nueva cultura vial. Si ellos deciden adoptar estos valores dejará de ser algo pequeño y podrá convertirse, ojala en algo como el caos bogotano.

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