MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo

*** Las deficiencias políticas de un síndico.

El síndico de Chilpancingo, Antonio Gaspar Beltrán, le tira a todo, menos a buscar ser un político eficiente. Ya que según, lo que él mismo ha revelado, quiere ser diputado local y Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI. Pero carga sobre su espalda una trayectoria cuestionable y de un gran número de yerros.
Así es. Los antecedentes hablan de un político que está buscando reciclarse. No podemos olvidar que su época dorada y gloriosa fue aquella donde aparecía como el discípulo más avanzado del entonces presidente municipal de Chilpancingo, Jorge León Robledo.
Tanto lo quería el ex alcalde, que lo incrustó en la procuraduría de barrios y colonias, a efecto de que mantuviera un acercamiento constante y permanente con los habitantes de la capital y de paso le ayudara en su proyecto político. Pero eso sirvió, solamente para demostrar que estaba demasiado verde como operador político. Su incapacidad quedo al descubierto, cuando en las elecciones de 1997, su patrón, si Jorge León Robledo, cayó a manos de Pioquinto Damián Huato en la lucha por la diputación federal.
Toño Gaspar fue parte de aquél gobierno despótico y soberbio al que el pueblo de Chilpancingo le cobró la factura. Por eso, prácticamente yacía en el cementerio político.
Para el año 2003, buscó reciclarse, para lo cual se adhirió al equipo de su compadre, Mario Moreno Arcos, quien por ese entonces, buscaba ser diputado federal por primera ocasión. Fue recibido bien en ese equipo. Tanto así, que hasta donde se sabe, lo habrían ungido como coordinador general de la campaña.
Sin embargo, le dejaría tirada la chamba a Mario Moreno, luego de saber que Héctor Astudillo Flores sería el candidato a la gubernatura, y aceptaría un cargo en el PRI estatal. El resultado de los comicios del 2005 ya lo sabemos, y Toño Gaspar tuvo que cargar con otra derrota.
Tiempo después, a raíz de que Mario Moreno entra por la puerta grande al Ayuntamiento de Chilpancingo. Por ahí del año 2006. Volvió a buscar esa relación para que lo ungieran dirigente del PRI en Chilpancingo, cargo al que arribó solamente para volver a demostrar su incapacidad en las elecciones federales de ese mismo año, cuando Reyes Betancourt Linares, teniendo todo para ganar, perdió con Carlos Sánchez Barrios, siendo Chilpancingo uno de los municipios en donde la operación política resultó ser un rotundo fracaso.
Después de la derrota, Toño Gaspar salió por la puerta de atrás del PRI municipal. Quedo demostrado, una vez más, que es un político deficiente.
Para el 2008 es rescatado por Héctor Astudillo Flores, quien lo lleva de la mano para convertirlo en sindico de Chilpancingo, en donde, leal a su costumbre, ha vuelto a dejar constancia de su poca eficacia que tiene como político. Así se vio desde que llegó al encargo, donde de buenas a primeras se lanzó a gritar que en el Ayuntamiento habían encontrado aviadores. Y en respuesta, solamente encontró cuestionamientos hacia su persona. Por donde quiera, de protagónico no lo bajaban. Y tiempo después, hasta le cuestionaban su dichoso programa de gestores municipales, cuyo trabajo de “promoción”, solamente ha servido para buscar satisfacer su ambición personal y no para el beneficio de la gente.
Después de una labor mediocre y con escaso sentido social, el sindico ha salido a promoverse para buscar una diputación local y la misma dirigencia estatal del PRI, que en breve dejara Efrén Leyva, pero los hechos demuestran que está demasiado verde para lo segundo, y que ha hecho muy poco para alcanzar lo primero.
De entrada, quiso venderse como el síndico de los valores, lo cual parece haber resultado una campaña contraproducente, cuando él mismo no practica aquello que según predica. Pero eso es solamente una pequeñez, comparado con los yerros abundantes que ha venido cometiendo y que merecen un espacio por separado… Seguiremos comentando. Esa es la cuestión.
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