OPINIÓN

Por Manuel Tello Zapata.

LAS LECTURAS POSELECTORALES
Las elecciones celebradas el pasado domingo en el Estado de México, Nayarit y Coahuila, donde el PRI ganó los tres procesos por amplio margen, especialmente en la tierra de Enrique Peña Nieto, demuestran sin lugar a dudas que existe una nueva postura en la dirigencia nacional de ese partido: que viene a ser un parteaguas con la forma de hacer política que practica Beatriz Paredes Rangel, Manlio Fabio Beltrones y otros.

Luego de cuatro desastres obtenidos por el PRI en Sinaloa, Oaxaca, Puebla y Guerrero, donde la dirigencia nacional falló en la elección de su candidato, abriendo la puerta para que el priísta mejor posicionado se marchara a encabezar los esfuerzos de otros partidos, el equipo integrado por Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray y Moreira, ha corregido el rumbo.
Como resultado, se evitaron en Nayarit, Edomex y Coahuila las divisiones internas, y la imposición de candidatos que no estaban bien posicionados en las encuestas serias. Se contaba con tres buenos aspirantes, de gran imagen popular y con firme arraigo. Se actuó con inteligencia haciendo a un lado corruptelas e intereses personales, y se designó a estos personajes como los candidatos.
Contrario a lo que afirman al interior del PRD, donde se dice que el culpable de la dolorosa derrota en el Estado de México es Andrés Manuel López Obrador, porque dinamitó la alianza con el PAN, lo cierto es que ni juntos: PAN y PRD hubieran ganado en esa entidad; porque ambos partidos carecían de un candidato que garantizara el triunfo.
Para que la alianza entre “espurios y legítimos” pueda progresar y ganen una elección, se necesita que el PRI sufra un panorama de divisionismo y que un priísta de gran trayectoria sea desplazado para que renunciando a ese partido, encabece los esfuerzos de la coalición PAN-PRD. Si en el Estado de México Peña Nieto hubiera impuesto a su primo Alfredo del Mazo, Eruviel Ávila se hubiese ido del PRI y entonces otro sería el resultado.
En Guerrero el grupo leal a Beatriz Paredes Rangel se mantiene unido en torno a Manuel Añorve Baños y por lógica, a Manlio Fabio Beltrones Altamirano. Sin embargo, en estos momentos ese grupo está festinando el triunfo de su partido en el Estado de México y el fortalecimiento de Peña Nieto para el 2012. Habrá que ver si abandonan a Manlio Fabio, o se unen al grupo que impulsará a este Senador.
Decía Zaratustra con mucha sapiencia “Todas mis virtudes nacieron de mis defectos”. Si en Guerrero la dirigencia priísta no aprende de su dolorosa derrota y no cambia el rumbo de manera radical, ese partido seguirá cuesta abajo. Porque con un Jefazo tan fuerte en el PRD y de colmillo retorcido como Ángel Aguirre Rivero, se necesita en el PRI de auténtica unidad y transparencia en la elección de candidatos: que se designe a los mejores y no a los amigos; porque entonces se alejarán cada vez más de Casa Guerrero y de los principales municipios, así como del Congreso local. Atención.
manueltello2002@yahoo.com

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