LA RUEDA DE LA FORTUNA


Chavarría, ¿Y su esclarecimiento?

A escasos 15 días de que se cumplan dos años del asesinato del diputado y presidente de la comisión de gobierno del Congreso Local, Armando Chavarría Barrera, el Gobierno sigue teniendo la deuda que representa su esclarecimiento, con el pueblo de Guerrero en general, pero particularmente con los familiares del perredista victimado, su viuda Marta Obeso y sus hijos, así como los padres de Chavarría, e igual con sus hermanos.
Todos estamos en espera de la noticia anhelada de parte de las autoridades competentes: “De que ya conocen los nombres de los criminales, tanto de los que actuaron directamente, como de aquellos que fraguaron en lo oscuro la embocada mortal y cobarde”. Sin embargo, ya no se sabe que dependencia encargada de la aplicación de la Justicia, es responsable de llegar hasta las últimas consecuencias de esta trama,  si la PGR o la PGJEG,  con eso de que se echan la bolita unos a los otros, la situación que guarda el caso del perredista asesinado, se impregnó de cierta opacidad, generando con ello lógicamente una confusión que a nadie conviene, salvo a los protagonistas de alguna manera del terrible caso,  que en su momento causó un tremendo impacto. Como se recordará, el gobierno anterior, se vio envuelto en una serie de irregularidades en torno al caso criminal cuestionado, donde las investigaciones tendientes a aclarar la lamentable situación citada, valían igual al valor de la “carabina de Ambrosio”, aumentando con ello las sospechas de la autoría intelectual en el gobernador de ese entonces, Zeferino Torreblanca Galindo, quien logró llegar hasta su culminación gubernamental “nadando de a muertito” en torno a las circunstancias criminales descritas, es decir, en más de 19 meses no dio a la sociedad guerrerense unas palabras positivas tocante a este asunto criminal. Ya con un nuevo Gobierno estatal y por ende de un nuevo titular de la PGJEG, se avivaron las esperanzas de que las cosas relativas al cobarde asesinato de Chavarría Barrera,  llegaría  una fácil y rápida  claridad que tanto se había negado. No obstante, a poco más de cuatro meses de la instalación administrativa  de las nuevas Autoridades, la situación del caso criminal que hoy nos ocupa en este espacio periodístico, continúa igual de densa al del día en que se recibió el nuevo gobierno de Ángel Aguirre Rivero. Es cierto que nuestro estado de Guerrero está pasando por una etapa por demás violenta, donde los asesinatos crueles son el “pan nuestro de cada día”, pero también es cierto que este argumento no justifica para nada la aplicación de la Justicia para este tema criminal en específico, dado la envergadura del ultimado, sea dicho con todo respeto para los demás asesinados. No se sabe si este silencio enrarecido tocante a este asunto criminal, se debe al temor de las Autoridades encargadas de la impartición de la Justicia, de trastocar intereses “no convenientes” de personas importantes inmersas en la Política estatal, o bien a la incapacidad de los investigadores de ésta sucia cuestión. Quien sabe, y como decía Capulina: “Yo no sé,  a lo mejor, puede ser, quien sabe”. Este mismo lodo que cubre todo esto, nos lleva a pensar y a considerar que este artero y alevoso asesinato del diputado Armando Chavarría Barrera, obedeció a intereses mezquinos para quitarlo de en medio en el proceso de cambio gubernamental, ya que Chavarría apuntaba de  manera natural, lógica y objetiva, para ocupar la candidatura al Gobierno del estado de Guerrero, primero y después, lograr la candidatura, y de allí resultaría más fácil alcanzar la Gubernatura de Guerrero, pero, pasó lo que pasó. Sin embargo, a ver con que nos sale la PGJEG cuando se cumplan los dos años de ese cobarde acto criminal…HASTA PRONTO.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario