APUNTES DE UN VIEJO LEPERO

Por Jeremías Marquines

Los Anacletos Morones de la política

El diccionario de la lengua española refiere que el sinvergüenza es un pícaro descarado; un bribón que habla sin vergüenza con el fin de engañar, y lograr sus fines particulares. La perfecta imagen del sinvergüenza mexicano nos la da el escritor Juan Rulfo en el cuento titulado Anacleto Morones de su libro El Llano en Llamas.
El personaje que narra esta historia es Lucas Lucatero. Un tipo astuto y bribón que ha convivido con un hombre llamado Anacleto Morones que, también, resultó ser un hombre taimado que logró convencer a mucha gente de que poseía cierto poder sanador. El relato inicia con un Lucas Lucatero que divisa una procesión de mujeres vestidas de negro que avanzan “cantando entre rezos” por el camino de Amula.
Enterado del motivo que ha traído a esas mujeres, Lucatero decide escondérseles. El encuentro es inevitable a pesar de la ingeniosidad y astucia de Lucas Lucatero para evitarlas: “Yo estaba acuclillado en una piedra, sin hacer nada, solamente sentado allí con los pantalones caídos, para que ellas me vieran así y no se me arrimarán. Pero sólo dijeron: `¡Ave María Purísima!´, y se fueron acercando más”. Las mujeres le cuentan a Lucas Lucatero que se han visto en la necesidad de buscarlo y encontrarlo porque deben presentar ante al señor cura testigos y personas allegadas al Niño Anacleto que puedan narrar los milagros que presenciaron. Está por demás decir que el tal Anacleto es un hombre de cuidado que conoce varias artimañas para embaucar y engatusar a la gente a su propia conveniencia y que, también, se aprovecha de “la debilidad” de las mujeres para seducirlas. Para los que no hayan leído este cuento y tengan una idea más clara aquí anexo un fragmento:
“Un día encontramos a unos peregrinos. Anacleto estaba arrodillado encima de un hormiguero, enseñándome cómo mordiéndose la lengua no pican las hormigas. Entonces pasaron los peregrinos. Lo vieron. Se pararon a ver la curiosidad aquella. Preguntaron: ‘¿Cómo puedes estar encima del hormiguero sin que te piquen las hormigas?’
“Entonces él puso los brazos en cruz y comenzó a decir que acababa de llegar de Roma, de donde traía un mensaje y era portador de una astilla de la Santa Cruz donde Cristo fue crucificado.
“Ellos lo levantaron de allí en sus brazos. Lo llevaron en andas hasta Amula. Y allí fue el acabose; la gente se postraba frente a él y le pedía milagros.
“Ese fue el comienzo. Y yo nomás me vivía con la boca abierta, mirándolo engatusar al montón de peregrinos que iban a verlo.”
Recuerdo este cuento de Juan Rulfo ahora que ya andan por ahí montones de políticos dispuestos a que la gente crédula los glorifique el próximo año con algún cargo de elección popular. Aquí en Guerrero, que no dista mucho de parecerse a Amula, el mítico poblado al que hace referencia Rulfo, andan por ahí apareciendo los Anacleto Morones de la política.
De la nada y con un cinismo extraordinario propio de Anacleto Morones, aparecen aspirantes a nuevos cargos públicos, aun cuando nunca dieron los resultados que prometieron a la sociedad en los nombramientos que actualmente ostentan.
Varios de estos Anacletos actualmente fungen como diputados locales o federales que durante los últimos tres años se olvidaron de sus electores y sólo se dedicaron a gastarse los jugosos sueldos que reciben de la Cámara de Diputados, y otros a construir casas, a comprarse autos de lujo, y pasearse presumiendo el fuero. En lo fundamental, los diputados locales y federales de Guerrero no estuvieron a la altura de lo que la población esperó de ellos.
Varios de estos cínicos llegaron prometiendo que mejorarían las condiciones de vida de los jóvenes, algo que en la actualidad está absolutamente deteriorado; otros que cuidarían del medio ambiente pero nunca se opusieron a la depredación ambiental que vive Guerrero; otros más que ayudarían a sacar de la pobreza y el hambre al estado pero esos dos problemas siguen agravándose más en esta entidad; hubo todavía algunos que juraron que ayudarían a bajar las tarifas eléctricas que lesionan a los guerrerenses de todas las regiones, razón por la cual sigue creciendo un movimiento de protesta porque nunca hicieron ni el intento. Y lo más grave, en esa lista están también los que prometieron más seguridad y empleo y tiempos mejores para todos, y la gente les creyó.
Para que nadie se pregunte quiénes son, les diré que son todos. Pero por cuestiones de precisión, mencionaré sólo algunos casos de los que fueron más cínicos e irresponsables en sus cargos y que actualmente se promueven con desvergüenza a un nuevo puesto de elección popular. Para el caso de Acapulco, mencionaré a cuatro bribones, empezando por Napoleón Astudillo, empresario de escuelas patito, y uno de los más faltistas a las sesiones del Congreso local y con productividad casi nula, pero que se promueve con espectaculares, con la idea, según él, de ser diputado federal. Otro más es el empresario huevero Carlos Granda que, fiel a su actividad comercial, fue un faltista y un desobligado en sus funciones. No hay nada en que hayan destacado estos dos sujetos como diputados. Sin embargo, este último aparece, ¡válgame usted la pendejada!, como aspirante a alcalde de Acapulco. En similar condición que los mencionados pero con el agraviante político de ser pobre, se halla el aún diputado federal perredista Ilich Lozano que a puro golpe de suerte y gracias a los buenos oficios de su madre que es buena política, alcanzó su escaño pero del que no se perciben resultados tangibles para toda la población. No obstante, también dice que quiere ser alcalde porteño. Uno de los logros más notables que se recuerda de este diputado fue la carta que difundió por internet vituperando a Andrés Manuel López Obrador.
Pero todos estos sólo son aprendices al lado del actual alcalde de Acapulco, el priísta Manuel Añorve Baños. Un individuo que llegó a presidente municipal prometiendo a todos los acapulqueños tiempos mejores y un Acapulco de 10. Prometió más seguridad para todos, agua todos los días y más desarrollo turístico. Nada de eso fue cumplido. Sobra decir que Acapulco está peor que como lo dejó el ex alcalde perredista Félix Salgado, y para no errar hay que remitirse a las encuestas ciudadanas y a la evidencia física que ya todos conocemos. Añorve pasa a la historia como el alcalde que cambió a Acapulco para mal. No obstante, intentó ser gobernador y ahora quiere ser senador o de perdis, diputado federal como consolación. En este mismo párrafo, cabe mencionar, un caso realmente patético. Se trata de la diputada federal priísta Claudia Ruiz Massieu Salinas, una política heredera de uno de los clanes políticos más poderosos y cuestionados de la década de los noventas. Hija del ex gobernador José Francisco Ruiz Massieu y sobrina de Carlos Salinas de Gortari. Desvinculada y desinteresada absolutamente de la realidad social de Guerrero, aunque hay algunos que dicen que la gente está agradecida por lo que hizo su papá. En los últimos tres años nadie la vio nunca haciendo nada por la gente de Guerrero. Es hasta ahora, a punto de concluir su cargo como diputada federal y en la rebatinga de las candidaturas, que vuelve aparecerse regalando electrodomésticos en alguna paupérrima colonia popular de Acapulco. Ahora busca ser senadora por fuerza de la tradición. Sobre este asunto, hay muchos casos más, como el hijo del cínico ex gobernador Rubén Figueroa, pero en mi opinión, que no espero que sea la de todos, estos son algunos de los que mejor ilustran una forma de proceder que empata con el personaje de Anacleto Morones. Ahora volvamos al cuento.
De acuerdo a Francisco Manzo-Robledo, en un ensayo que titula: Hegemonía, ideología y tradición en el cuento de Juan Rulfo Anacleto Morones, “el cuento de Rulfo, dentro de su microcosmos, reúne dos de los principales sectores del poder en la sociedad: Iglesia y Estado. En sus propios espacios, los representantes de esos sectores, manipulan para crear, restablecer y reforzar la ideología que conviene y confirme su propia permanencia como cúpula de poder. Los elementos que voluntaria o circunstancialmente auxilian a la creación de esos procesos de refuerzo son elementos de la sociedad, los cuales pueden ser impulsados por “un sistema de creencias ilusorias” (ideología), o por “el pasado formante y presente preformado”: las tradiciones (y en este caso las creencias religiosas), que constituyen una de las armas más poderosas para evitar el cambio ‘inconveniente’ desde el punto de vista de la clase hegemónica. El cambio aceptable será únicamente aquel que perpetúe la existencia de la hegemonía misma, y que garantice y revalide su existencia”.
“Los sectores de poder constituyen un sistema dinámico, siempre en busca de nuevos espacios que ocupar, a costa de otro(s) sector(es) o de las clases dominadas. Esto no constituye para ellos una revolución, más que nada constituye un reacomodo de las fuerzas dentro de las mismas clases hegemónicas. Para los sectores dominados puede constituir una revolución por la afectación a la vida diaria, pero al final, el agua vuelve a su cauce: los de arriba quedan arriba y los de abajo siguen así. ¿Qué hay de todo esto en el texto mencionado?”
¿Ahora bien, cómo queda la sociedad ante los embates de tanto bribón reciclado? Pues bien, la sociedad no está indefensa, pues para que exista el engaño se requieren dos cosas: que haya un embaucador y que exista un grupo social que acepte confiado el engaño. Hoy, ante tanta formas de comunicación no puede hablarse de una sociedad ignorante como para que se asuma como víctima inocente, lo que existe es una sociedad convenenciera y cómplice de ese engaño. Si sus representantes son unos pícaros es porque una parte de esa sociedad también es bribona y los acepta invariablemente a pesar de que por todas partes hay muchos Lucas Lucateros que le advierten de las bajezas de los Anacletos Morones, pero como en el cuento de Rulfo, las mujeres no le hacen caso e insisten en la virtud del sinvergüenza al que buscan santificar.
En las próximas elecciones, los ciudadanos que al final de cada periodo de gobierno sientan que sus representantes no cumplieron sus expectativas y se descubran timados, ahora están en la oportunidad y en su derecho de sacudirse los lastres que lo grupos de poder tradicionales intentan imponerles como novedad. El no votar por esos fósiles de la política no es suficiente. Es necesario que se creen recursos legales que hagan obligatorio el cumplimiento de las promesas de campaña. Es tiempo de evitar que las y los Anacletos Morones de la política sigan defraudando la esperanza popular con promesas de milagros sociales que nunca cumplen. Uno de estos mecanismos es básicamente el siguiente: si en el primer año de su periodo el político no cumple con una parte de lo prometido que renuncie. Ni el dinero, ni el poder público deben servir para que pícaros y holgazanes se beneficien a costa de una sociedad que cada día se hunde más.
LA CONTRA    
El alcalde de Coyuca, Merced Valdovinos Diego, es otro de los que héroes políticos que hacen un gran esfuerzo por gastarse el raquítico presupuesto municipal pagando propaganda televisiva con la intención de saltar al cargo de diputado local. Casi todos los días aparece en el insulso noticiario de televisa local auto celebrando supuestos logros… Todo indica que la característica dominante del gobernador de Guerrero Ángel Aguirre, es lo artístico. Tiene una vena creativa alimentada fuertemente por la estética kitsch de Televisa. Sus inspiraciones se alimentan de los chistes de los comediantes costeños que han pauperizado la imagen cultural de los habitantes de la Costa Chica de Guerrero como El Costeño, Chira la Arrecha, y Tico Mendoza… Quizá por eso, en un arrebato inspirado, anunció que el gobierno estatal invertirá recursos públicos para organizar un certamen de burros de todo el estado para elegir el sustituto de llamado burro de La Roqueta. Un animalito al que pervirtieron al convertirlo en alcohólico hace ya varios años y que posiblemente falleció de cirrosis, pero que, según, para la fina sensibilidad del gobernador será un atractivo estupendo para que el turismo extranjero regrese a Acapulco… En el fondo, el problema con los maestros de Acapulco que no quieren regresar a dar clases, se agravó más por los furores autoritarios del secretario estatal de Gobierno, Humberto Salgado Gómez, quien los amenazó con descuentos salariales. Para que tanto ladrar…. La palabra kitsch define cualquier arte pretencioso, de muy mal gusto, tonto y pedante.

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