LA RUEDA DE LA FORTUNA

Anexo de Atoyac 

Alfredo Sarabia

En Atoyac de Álvarez, funciona un centro donde internan a gente etílica que son consideradas como borrachos empedernidos. De esos que se embriagan a diario durante varias semanas. Sus familiares más cercanos, ya sean los Padres (si el émulo del dios Baco no se ha casado todavía, o la esposa) los llevan a ese lugar con ayuda de la Policía Municipal.
Dan pues, su autorización para que permanezcan encerrados allí, buscando supuestamente remediarles la situación alcohólica a esas personas enfermas por el alcohol. Cuando los enfermos salen del lugar referido, lo hacen sobrios obviamente, y así se la llevan durante varios meses, los más, pero los menos, duran en condiciones limpias de un trago de alcohol, solo algunas semanas, que pueden convertirse en dos o tres meses a lo sumo. Vuelven a la carga, vuelven a tomar alcohol, recargados de energía para dar espectáculos durante su triste y lamentable condición de briago. En estas condiciones etílicas, se olvidan de la familia, evaden responsabilidad alguna, se olvidan de su apariencia personal, hacen a un lado todo vestigio de vergüenza, soslayan al trabajo. En una palabra, la única preocupación de estos amigos enfermos, es tener siempre a la mano, el alcohol a tomar en el día. Con esa situación lastimera, vuelven a verse de nueva cuenta en las áreas destinadas ex – profeso para ellos: casas conocidas como Anexos, como la referida en la primera línea anotada en este espacio. Repito: A los anexos son trasladados los teporochos por familiares de estos (los que poseen la buena fortuna de tenerlos y los que no, siguen patéticamente en los brazos del dios Baco, con amplios riesgos de morir). Sin embargo, se ha demostrado en muchas ocasiones, que el Anexo localizado en Atoyac de Álvarez, no es suficiente para que las personas enfermas o dependientes del alcohol, se logren curar permanentemente, ya que no han sido pocos los que salen de ese sitio de buenas intenciones, que han vuelto a caer en las garras del alcohol…y con más ganas de tomar alcohol. Si en el Anexo de Atoyac no se rehabilitan totalmente los teporochitos que han sido internados allí, quiere decir que en ese lugar solo mitigan un poco el vicio etílico de las personas que se han visto obligadas a permanecer internos temporalmente. Sin embargo, es hasta razonable pensar que con solo internar a los pacientes en este Anexo, estos saldrán totalmente liberados de la “tomadera”; de ninguna manera se observará esta cuestión. Luego entonces, podemos decir, que el Anexo de Atoyac, es un analgésico, un calmante para la enfermedad etílica que padecen los visitantes aquejados por el alcohol. No obstante las buenas intenciones del Anexo en cuestión, los derechos de los que allí enjaulan, son trastocados y violentados, pues los métodos que allí se utilizan, son indicadores de la afirmación anterior. Versiones emanadas de experiencias vividas en ese sitio, así lo señalan. Lo criticable de este asunto de violación a los derechos humanos de los internados, es que las Autoridades ni siquiera se asoman a este lugar para ver realmente como es la situación del trato hacia los desafortunados etílicos que impera en ese Anexo, pues el hecho de que haya situaciones irregulares descansadas en los teporochos “cautivos”, debe ser sujeto a supervisión de parte del Ayuntamiento, y remediar en todo caso las circunstancias sospechosas….HASTA PRONTO.

1 comentario:

  1. YO SE DE CASOS EN QUE LOS TRATAN PEOR QUE PERROS A LOS BORRACHOS QUE CAEN AHI

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