LA RUEDA DE LA FORTUNA

PRD, malamente contaminado.

Por Alfredo Sarabia

Hoy en el PRD, en que  muchos quieren ser candidatos  a algún puesto, ya sea para Legislador federal o local o para alcalde municipal, irremediablemente mi mente se remonta a los primeros años de su fundación en 1989, hasta 1993 del siglo pasado.
Como se sabe, el PRD, emergió como una herramienta social al servicio de la gente pobre y así lo entendía la Ciudadanía. Era un partido que miles de personas lo consideraban como “una tablita de salvación social”, como un Partido que al fin haría cambiar el estado de cosas que se padecían: que hubiera justicia en el país, que ya no hubiera corrupción, que acabaría con las tranzas y mañosidades que venían permeando en el ámbito social desde hacía muchísimos años atrás, que ya no habría impunidad, etc. Ese panorama fue concebido en la República mexicana, incluyendo a nuestro estado de Guerrero, huérfano de una verdadera agrupación política de oposición, no simulada, como se venía viendo. En una palabra, el pueblo ya estaba harto de tantas fregaderas desarrolladas por los gobiernos del PRI. El pueblo tenía sed de justicia. Razones suficientes que se observaron en el PRD y por tanto, para que la gente más humilde, económicamente hablando, se identificara plenamente con sus planteamientos ideológicos y políticos. La lucha electoral fue adoptada como una forma básica y principal para accesar al poder, al gobierno. Tarea nada fácil ni sencilla. Para ello, para ser Gobierno, era necesario tener candidatos, situación que muy pocos se atrevían a aventarse al ruedo electoral, casi nadie quería ser abanderado de los “amarillos”, pues era ir a una derrota segura. Los gobiernos priístas tenían muy satanizado al PRD. En el país, el usurpador Carlos Salinas de Gortari, estableció su relación con el PRD en la frase: “ni los veo, ni los oigo”. En Guerrero, el gobierno de Francisco Ruiz Massieu le llamaba el partido de la violencia, el partido de la sangre…aun  cuando el  PRD ponía los muertos y demás víctimas de la represión gubernamental. En ese escenario de muy difícil accionar político,  muchos de la clase media y alta, les causaba vergüenza y miedo, pero más vergüenza, pertenecer al PRD, tan es así, que no pocos le llamaban el partido de los huarachudos, por lo que muchos  se tapaban las narices con la  punta de los dedos meñique e índice, denotando tener asco y húacala, cuando los perredistas marchaban en busca de su dignificación. Muertos, encarcelados, desaparecidos se obtuvieron como respuestas a la sed  de justicia prevaleciente. Hablo de más de 500 perredistas inmersos en una situación fatal como la expresada anteriormente. Los candidatos surgían o eran productos de una asamblea, con la mano alzada mayoritaria, se sabía a quién apoyar con todo y todos, sin que hubiera alguna pringa de inconformidad. Se llegaba a este escenario sin andar haciendo ningún tipo de campañas, solo el trabajo político real y verdadero calificaba al triunfador. Como un dato revelador y significativo de todo este remanse político al interior del PRD que hoy se mira de gran significancia política, es la inexistencia en ese entonces de grupos de opinión o tribus en el seno del partido del sol azteca. Era el PRD, un partido que defendía los derechos de la igualdad, que no estaba amañado, en fin, un PRD que no estaba aún contaminado. Es cierto que las ganancias electorales obtenidas por el PRD eran muy escasas y parcas, pero también es cierto que el trecho observado entre la ciudadanía y el partido del sol azteca, era muy estrecho. Pero de pronto, mucho de lo que anteriormente se anota, cambió y hoy en día, llueven las personas que aspiran a ser candidatos del PRD. Ahora, cualquier tipejo o tipeja pretende ser postulado a un puesto administrativo o de elección popular por el partido del sol azteca. Estoy cierto de que muchos de estos especímenes no saben ni que ondas del PRD, no conocen los postulados y fundamentos ideológicos que originaron y que dan sustento a ese partido de izquierda, lo que da que seguirá en picada el PRD, desafortunada y desgraciadamente. Como alguien dijo: “Ahora como la perra está gorda, todos la quieren, pero cuando estaba flaca, nadie la quería”…HASTA PRONTO.

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