Hasta el Comité ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática, ha tenido que intervenir para darle solución a las inconformidades que se han dejado estremecer dentro de las indistintas corrientes del Sol Azteca, en la región suriana de la Costa Grande de Guerrero.
El malestar de muchos y la inquietud de una mega parte de los amarillos ha puesto en tensión y estado de alerta la situación en Coyuca de Benítez, Atoyac de Álvarez, Benito Juárez (San Jerónimo de Juárez), Tecpan de Galeana y Petatlán, donde los aspirantes, candidatos y ansiosos por saborear las mieles del poder, ven como ante sus ojos se les caen las candidaturas y otros mueven sus piezas tal tablero de ajedrez en unos casos y damas chinas en otros. Saltan unos y los más se mueven silenciosa y rabiosamente sobre sus mismos compañeros y en otras las miradas enemigas fulminan al menos temeroso.La carnicería ha llegado a tal grado de que los rumores son en ratos tomados como puntos referenciales de un nuevo cambio; pero otros vienen a reforzar la primera versión del perredista Celestino Cesáreo de que las listas de candidatos para alcaldías y diputaciones locales y federales; ya están completas y palomeadas desde hace una semana.
Los grupos de ancestrales perredistas, como los neo perredistas, los Aguirristas y los priístas, mueven sus piezas de poder de cualquier parte del país, la meta es estar en la línea de fuego y permanecer en la lista ya aceptada por los precisos del Consejo del PRD.
Los conocedores de estas practicas políticas destacan que de seguir así los pleitos y la camorra perrediana; le están dando paso al priismo que pueda llevarse carro completo en la alcaldía de Atoyac, San Jerónimo, Tecpan y Petatlán; en las diputaciones locales en el diez, puede ser la panista Verónica Andraca González. En el distrito tres federal, lo será Alejandro Bravo Abarca.
Las sociedades de esas cabeceras municipales, han visto que como hienas se van unos a otros a la yugular, para desanimarlos a continuar unidos en torno a un PRD, que ha dejado de ser el partido de una izquierda de sueño guajiro, para convertirse en un sitio de solaz recreo y esparcimiento de perredistas que nunca lograron ponerse de acuerdo
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