ENTRE LA VERDAD Y LA FICCIÓN

Por Jorge Luis Falcón Arévalo

KAPUT  PEÑA NIETO

El producto a largo plazo de Televisa, llamado Enrique Peña Nieto, ha llegado a su limite de extinción. Con ello, a muchos candidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el llamado “efecto Peña”, les afecta en su promoción e impulso en las simpatías del electorado, como bola de nieve, se los lleva cuesta abajo.
Otros aspirantes del tricolor, como en el caso del candidato a la senaduría por el tricolor, el ex mandatario René Juárez Cisneros, no es motivo de mortificación, menos lacera su campaña. Pues si algo es un hecho concreto y real tanto el discurso como su trato no tan solo para con los medios masivos de comunicación, sino, también,  para con los grupos sociales en la entidad, siempre han sido cordiales y de buenas franquezas.

Su tejido político social, siempre fue de atención y destreza en el lajeño, lo que hoy, el “efecto Peña”, no preocupa en el camino trazado y firme hacia su objetivo, al ex alcalde de Acapulco.
A una mayoría de candidatos endebles, que no logran conjuntar simpatizantes; menos multitudes y que además tienen la ineludible necesidad de concurrir a reuniones privadas o concertar citas con personajes de la iniciativa privada cuyos votos son reducidos, deben elevar sus plegaria s al santo religioso de su más cara devoción.
Las encuestas reales, no dejan bien librado a ex mandatario del Estado de México; por ello, no hay Plan B, ni una nueva modalidad para tratar de lograr el famoso “carro completo”. Las mayorías, principalmente juventudes, han formado frentes duros no tan solo en las redes sociales, sino en los centros universitarios y de tercer nivel de educación, acuerdos antipeña, lo que debe ser de preocupación para quienes, recargaron sus esperanzas, en quien por el momento después de ese 11 de mayo, no ha podido visualizar, un rayo de esperanza, para lograr ubicarse partidario de las voluntades  entre los votantes.
Tanto los coordinadores del voto para configurar a Peña Nieto, como candidato fuerte a la presidencia de la República, no son personajes de calidad moral, ni gente de trato cordial, menos humano. Y eso en política, tienen un precio.

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