ENTRE LA VERDAD Y LA FICCION

Por Por Jorge Falcón
En Atoyac un PRD, demolido y sin credibilidad.

A la memoria de Octaviano Santiago Dionisio, un perredista de cepa.
Felipe de Jesús  Calderón Hinojosa tiene similitud con Carlos Armando Bello Gómez, ambos destrozaron sus organismos políticos. El primero al Partido Acción Nacional (PAN); el segundo, al Partido de la Revolución Democrática (PRD) en esta cabecera municipal. A la par, perdieron credibilidad y se alejaron no tan solo de los postulados esenciales del instituto en cuestión, sino que al final les valió madres todo. Prefirieron salvar su pellejo; bueno uno de ellos al menos. El otro tendrá que responder a las auditorías estatal y federal, por escandalosos y cuantiosos desvíos de recursos económicos, oscurantismos en la aplicación de los capitales económicos y no otorgar a la ciudadanía con ética la atención debida como empleado del gobierno. Mostró su innata inmoralidad.

El PRD, en manos de inexpertos y manejada en teoría por bisoños personajeros que no entienden la política como el arte de la negociación, se les fue de las manos, lo que la vacía y hueca cabeza no pudo frenarles para atajar la derrota anunciada. Primero por un mal manejo de las políticas perredianas, con sujetos ajenos al ejercicio de la mediación en el quehacer de la grilla, del manejo de ideas y de la destreza de mostrarse imparcial en los pactos que habrían de hacerle allegar votos a un candidato sin credibilidad en él mismo, alejado de la sociedad que mancillaron y vilipendiaron en todos y cada uno de sus actos; pero, además un aspirante perredista, que ya iba derrotado antes de llegar a las urnas. Esto debido a los significativos marchistas de aquella caminata del cinco de mayo del año pasado. La marcha de los traidores. Regidores, sindica y perredistas “renombrados” falsearon sus votos y. . . allí habla el resultado.
Las huestes perredistas amparados bajo la sombra de un “caudillismo intransigente” de Andrés Manuel López Obrador, los cegó pensando que AMLO, es lo mismo que todos y cada uno de los aspirantes. Reza el dicho: “Aunque sean del mismo barro no es lo mismo bacinica que jarro”.
Perredistas de acción y no de pensamiento; duchos en todo, pero ajenos a las realidades sociales, se perdieron, se extraviaron. Mostraron el cobre de su insana ambición. La actitud de asumirse como patriarcal del alcalde atoyaquense Bello Gómez del PRD, lo llevó a la sepultura, en una muerte más que anunciada -¡Ay García Márquez, cuánta falta les haces para que te lean; mejor dicho te entiendan- en un pueblo masoquista que en silencio, votó antes de que los botaran. No supieron ni tuvieron la capacidad los del Sol Azteca de sostener con firmeza pese a que les dividieron y quebraron al PRD. No por lo que se fueron pues esos son mercenarios de la política, sino por los que supuestamente debieron tener como diría la sirvienta: “el sartén por el mango”. No, lo agarraron de la parte que estaba caliente. ¡Y vaya que se quemaron”. Pobres ilusos.
Muy lejano que el PRD, vuelva a ganar la silla municipal. O bien en la simbiosis de muchos polacos atoyaquenses que hoy perredistas o movimiento ciudadana, verdes ecologistas o panelistas o PT, mañana priistas. Porque esa es una verdad y quien quiera ocultarla, pecará de ser cínico e impúdico. Los perredistas de gayola sola gritan, se esmeran, dicen, señalan, pero no son lideres de opinión, menos gente con credibilidad. Los perredistas de hoy son mercantilistas, pues ninguno está a un lado del fanatismo de AMLO, para al menos sino tener la postura de su figura paternal, debieran acompañarlo. Ahí se observa que el perredismo en Atoyac es de espejismo, es una quimera…una entelequia. Solo basta que los perredistas se pregunten, ¿Por quién perdió Pablo César Solís Nava, la candidatura del PRD, a la presidencia municipal? Vean el cochinero que le quiere endosar a Edilberto Tavarez Cisneros. Hiede.
P.D. Sigue el robo hormiga de bienes inmueble de la comuna hacia casas particulares.

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