LA RUEDA DE LA FORTUNA

Por Alfredo Sarabía
Vorágine violenta en Atoyac

La violencia se ha recrudecido en Atoyac de Álvarez y tal pareciera que en este municipio costeño, no existiera Autoridad alguna, que pusiera “freno” a esta cuestión desbocada que está a un paso de salirse de control, si es que no ya se salió. Pero no queremos ser pesimistas al respecto y supongamos lo primero, que la violencia desatada en el municipio atoyaquense, aún es controlable, y lo primero es plantear estas preguntas: ¿Acaso no hay autoridades policiacas para combatir la densa situación que permea nuestra seguridad?¿Hay manos libres a los delincuentes? ¿Acaso hay pactos secretos que les permitan a los malandrines actuar tranquilamente?
La primera cuestión si tiene una respuesta que sabemos todos en el municipio señalado, pero usted que no radica allí, le diremos que existen casi todos los “cuerpos policiacos” que se supone son para garantizar nuestra seguridad: En primer término está la Policía Preventiva Municipal, la responsable de que haya paz y tranquilidad en el municipio,  referido, aunque el sentir popular ubica a sus integrantes en forma despectiva, “esos nomás son buenos para agarrar borrachitos, para eso, no hay quien les gane”.
Se observa asimismo, una jefatura permanente de la Policía Ministerial y de la Policía Preventiva del Estado, todos se localizan en la cabecera municipal. Igualmente, pero en la comunidad del Ticuí, se encuentra ubicado un cuartel militar, a menos de 2 kilómetros de distancia de la ciudad de Atoyac de Álvarez.
Así, se tienen tres corporaciones policiacas capaces de combatir a la delincuencia y una corporación militar. Luego entonces, podemos afirmar categóricamente que si existen elementos con capacidad de ponerle “un hasta aquí” a los delincuentes, que por cierto habrá que subrayar tantas veces como sea posible, de que se han visto demasiados activos en esta vorágine violenta que nos agobia y que nos asfixia.
Han sido los asesinatos, los asaltos y los secuestros ocurridos en los últimos 45 días, los que han tornado un ambiente enrarecido por la violencia en Atoyac de Álvarez, que hace disminuir la actividad familiar, personal  y comercial conforme  avanzan las dos primeras horas de la noche. Se palpa el temor y la zozobra en la ciudadanía bien nacida y frecuente oír de ellos: “yo, llegándose las 7 de la noche, me encierro bien, ya no salgo de mi casa, pues está cabrón andar en la calle”.
En este escenario  violento, se justifican los retenes, tanto de los militares como de la Policía del Estado, pues extrañamente estos han  brillado por sus ausencias. Momentos como los que se viven hoy en día, son los que deberíamos ver, a estos “cuerpos” que brindad seguridad, como garantes de que en las Autoridades si hay interés, preocupación y sobretodo, ocupación por vigilar y crear las condiciones ac doc de la Ciudadanía atoyaquese y de sus visitantes de otras ciudades.
En este contexto social, es de hacer notar, la nula presencia de vigilancia de elementos policiacos en lugares de Atoyac de Álvarez, que se caracterizan por el gran número de personas  donde se  ”maneja” mucho dinero. Me refiero al Super Chedrahui,   al Buen Precio,  a Electra y a  Bancomer y Banamex. Hasta ahora, afortunadamente no ha sucedido alguna situación  riesgosa, salvo que en la  primera tienda comercial señalada, es utilizada como un nido donde los malandrines se camuflan para satisfacer  sus fines aviesos, con toda la tranquilidad del mundo,  pues saben que allí, hay puertas  abiertas para cometer cualquier atropello.
Muy lejos quedó lo que se leía en la propaganda político-electoral del todavía presidente municipal: “Atoyac Bello”. Sin embargo, la realidad de Atoyac, es diametralmente opuesta al slogan mencionado….HASTA PRONTO.

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