LA RUEDA DE LA FORTUNA

Por Alfredo Sarabía
Grave dependencia alimenticia en México

Es muy preocupante lo que pasa en nuestro país, tocante a los alimentos que consumimos. Y si no, chequen esto: Menos de tres cuartas partes del consumo del país en alimentos es producido internamente;  la producción restante, se tiene que traer de otros países, principalmente de los Estados Unidos de Norteamérica, lo que indudablemente pone a México en una situación compleja de cara al cambio climático, cuyos efectos habrán de provocar cambios constantes en la oferta de productos agrícolas de aquí en adelante.
Lo anterior significa, que prácticamente somos, como país, dependientes en los alimentos, de la producción que se puedan dar en aquellos países que nos tienen atados a esta situación. Así, al estarnos refiriendo a una dependencia alimentaria, dejamos en claro, que nuestra soberanía en ese rubro de gran importancia y significancia, está fuera de nuestro decir, debido a la negligencia e irresponsabilidad del gobierno federal, quién a través de una política del campo, totalmente “errática”, hoy estamos a merced de fuerzas del exterior que determinan lo que renga que ver con los alimentos, como la cantidad, la calidad y los precios.
Esta grave y criticable situación, nos pone a los mexicanos, muy vulnerables ante circunstancias de emergencia e incidencias inesperadas. La escasez de alimentos alcanza a 55 millones de pobres en México. De éstos, las mujeres, los niños, ancianos y enfermos son los que más padecen la desnutrición como consecuencia de una raquítica dieta.
Al paso que vamos, llegará el día en que México, sea una economía que importará todos sus alimentos, como Taiwán o Hong Kong, pero con el agravante de que nosotros no tenemos  la capacidad de crecimiento de esos países ni su ingreso per cápita ni sus niveles de vida.
Todo ello, podría repercutir en la inversión y el empleo, además de que será una desventaja adicional ante la globalización y la competencia internacional.
Para analistas, legisladores y organizaciones civiles el desabasto de alimentos no es una cuestión menor, pues los problemas alimentarios de la población se han agudizado por la pérdida del poder adquisitivo del salario y las políticas económicas que ponen en riesgo la soberanía alimentaria del país.
La liberalización del sector agropecuario y el desmantelamiento del fomento agrícola han llevado al país a la dependencia e inseguridad alimentarias. El retiro del subsidio a los productos básicos, la disminución del consumo de los alimentos, el aumento de los niveles de desnutrición, la caída de la producción de granos básicos y oleaginosas y el auge de las importaciones de éstos son algunos indicadores que podrían llevar al país a una hambruna.
México ha entrado a la lógica del mercado global agroalimentario y se perfila como importante consumidor, dejando de lado el papel de este aspecto para la seguridad nacional. En este contexto, las que salen ganando de todo esto, son las grandes transnacionales.
No obstante, todo lo que se ha señalado en este espacio, el protagonista principal, ha sido el Gobierno federal, ya que han pasado varios años, y el campo mexicano, ninguneado. No ha habido políticas gubernamentales reales y verdaderas, dirigidas a hacerlo producir dignamente. Es el resultado de practicar, una Política Neoliberal de los gobiernos que hemos padecido en las últimas décadas, tanto del PRI como del PAN.
Así las cosas, para el gobierno federal, es mejor gastar el dinero en traer alimentos de fuera, y hacerle al tío lolo en el campo y no actuar seria y responsablemente en su accionar, en beneficio de la población mexicana.
Entre los productos alimentarios que se importan, destaca el grano de maíz, de trigo, la semilla de
soya, la carne de res, el pescado, crustáceos y moluscos….HASTA PRONTO.

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